El asma o la hiperreactividad de las vías respiratorias son enfermedades muy corrientes en nuestros días, la contaminación agrava esta dolencia y los atletas olímpicos no son ajenos, de hecho en Londres había mucha preocupación por el conocido «smog» o nube de polución que planea sobre la capital británica.
Por eso la investigación de la Universidad del Oeste de Australia que revelan una prevalencia de alrededor del 8 por ciento, sitúa a estas dos afecciones crónicas como las más comunes entre los atletas olímpicos. Este estudio ha sido publicado en el »British Journal of Sports Medicine».
Precisamente, debido a un incremento significativo en el número de deportistas olímpicos que notificaron que sufren estas dolencias pulmonares ,el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió aceptar los medicamentos como no dopantes aunque precisó que deberían justificar su uso mediante la demostración de estas afecciones.
Por otro lado, en los juegos olímpicos de verano, la prevalencia de asma es mucho mayor en los que practican deportes de resistencia. Por su parte, en los juegos de invierno, inspirar aire frío contribuye a la lesión de las vías respiratorias, al igual que ocurre en el interior de las pistas de patinaje, ya que las partículas en suspensión de las máquinas de repavimentación de hielo pueden provocar lesiones.
Por lo general, los atletas con asma han superado constantemente a sus compañeros, aunque no hay evidencia científica de que los tratamientos suministrados mejoren el rendimiento. Los aspectos genéticos podrían ser un factor clave para que los atletas sufran daños en sus vías respiratorias, pero esta hipótesis necesita ser corroborada.