Las mamas son dos glándulas, cuya función es secretar leche para la lactancia. Microscópicamente las mamas están formadas por lóbulos y conductos donde se produce y vierte esta leche, para su salida por el pezón. Todo este conjunto de lóbulos y conductos está rodeada por tejido graso y tejido fibroso.
En el varón, las mamas no están diseñadas para la lactancia y estas estructuras están muy reducidas. El motivo de este poco desarrollo de las mamas en el hombre son los niveles bajos de estrógenos que el varón tiene.
Como todas las células de nuestro organismo, las células de las mamas también tienen que renovarse continuamente y por ello tienen que dividirse y multiplicarse de forma ordenada. Sin embargo, algunas veces está división y crecimiento ordenado de las células se produce de forma irregular, desorganizada y fuera de control. Entonces se generan los tumores.
A diferencia de lo que ocurre en la mujer en la que puede darse la existencia de tumores mamarios benignos, en el varón la mayoría de tumores mamarios son tumores malignos y muy invasivos. Estos tumores invasivos progresan generalmente invadiendo células de otros órganos a través de su expansión por los conductos linfáticos por donde llegan a los ganglios.
Los síntomas de cáncer de mama en el hombre son similares a los que ocurren en la mujer y los más comunes incluyen una masa inflamada en la región pectoral o una anormalidad en el pezón que el paciente no suele asociar con un proceso maligno. Esto hace que su diagnóstico, generalmente, se hace de forma muy tardía. En esa fase, la enfermedad va a estar avanzada, muchas veces ya ha invadido los ganglios linfáticos, y por lo tanto es probable que el pronóstico no sea bueno.
La incidencia del cáncer de mama en el hombre es de aproximadamente un 1% de todos los canceres de mama diagnosticados. Más o menos supone una incidencia de 0,7 casos por cada 100.000 varones. También se piensa que hay áreas de nuestro planeta Tierra en la que la incidencia del cáncer de mama es mayor. Así, en algunas zonas del sur de África la incidencia de cáncer de mama en el varón alcanza casi el 5% de todos los canceres de mama diagnosticados.
El cáncer de mama en el varón puede surgir a cualquier edad, aunque es más frecuente que ocurra alrededor de los 50 a 70 años, y sus principales causas son: altos niveles de estrógeno, exposición a la radiación y antecedentes familiares de cáncer de mama.
Como vemos, los antecedentes familiares marcan de forma importante la incidencia de cáncer de mama en el varón. Tanto es así, que si hay otros hombres en la familia que hayan sido diagnosticados con la enfermedad aumenta el riesgo de que un varón lo desarrolle. El riesgo también aumenta si existe en la familia alguna anomalía genética vinculada al cáncer de mama.
Se conoce la implicación directa de los genes BRCA1 y BRCA2 (genes que regulan el ciclo celular) en el cáncer de mama de la mujer. En el hombre estos genes también parece que están involucrados. En concreto, la herencia familiar de cáncer de mama en el varón parece que se debe principalmente al gen BRCA2. Además, quienes padecen el síndrome de Klinefelter, una anomalía cromosómica que sólo afecta a los hombres y que principalmente produce hipogonadísmo, tienen mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Un estudio realizado en la Universidad de Colorado en Denver, demostró que aproximadamente el 80% de los hombres que están en alto riesgo de desarrollar cáncer de mama no saben de que podrían tener este cáncer en algún momento.
La descripción más antigua del cáncer (aunque sin utilizar ese término) proviene del antiguo Egipto, aproximadamente en el año 1600 a.C. Esta descripción se encontró en el papiro Edwin Smith en el que se describen 8 casos de tumores o úlceras del cáncer que fueron cauterizados con una herramienta que llamaban «la horquilla de fuego». Como mínimo, un caso descrito, es de un hombre.