Estamos en el tiempo Olímpico y a veces no somos conscientes del gran esfuerzo personal que durante años los deportistas tienen que hacer para llegar a competir en ellos. La práctica al más alto nivel de todos los deportes necesitan un equilibrio perfecto entre alimentación y entrenamiento. De este problema los atletas son muy conscientes y como dato curioso en esta olimpiada de Londres 2012, el equipo norteamericano ha contado con más nutricionistas que en ninguna olimpiada previa.
Es evidente, que las recomendaciones genéricas de nutrición para los atletas no son útiles ya que estas deben ajustarse, no solo al deporte que practique, sino también de forma individualizada a cada atleta, ya que diferentes atletas de un mismo equipo pueden tener distintas necesidades nutricionales. El peso, la edad, la altura y el metabolismo de cada deportista marcan estas necesidades.
Tampoco es lo mismo la dieta el día de competición que tras el esfuerzo para una rápida recuperación energética del deportista. Por ejemplo, parece recomendable comer dos horas y media antes de competir y que está comida sea rica en en hidratos de carbono, pobre en grasas y fibra (ya que la combinación del estrés de la competición y la fibra puede acelerar el ritmo intestinal). También es recomendable evitar comidas muy condimentadas. Sin embargo, una hora antes de competir es mejor consumir alimentos líquidos ya que estos se asimilan más rápidamente. Es también conocida la importancia que tiene en la recuperación del deportista la rápida rehidratación y la recuperación del glucógeno en el músculo (el glucógeno es la forma de almacenamiento de hidrato de carbono, particularmente glucosa, en el organismo). Para ello consumen arroz, pasta y fruta fundamentalmente.
En la organización de unos juegos olímpicos, se tiene muy en cuenta el factor alimentación. En concreto en la villa olímpica de los juegos de Londres 2012, existen cinco áreas diferentes de alimentos que corresponden a cinco áreas geográficas (Europa, Mediterránea y América, India y Asia, Africa y Caribe e Inglesa). En el comedor se calcula que se sirven unas 60.000 comidas diarias. También hay un restaurante de una conocida cadena de comida rápida.
Existen muchas anécdotas sobre los alimentos preferidos por las grandes estrellas de estas olimpiadas. Por ejemplo se dice que Michael Phelps tiene que consumir casi entre 5000-7000 Kilocalorías diarias. Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) una persona normal consume alrededor de 2000 Kilocalorías/día. También se cuenta que Phelps consigue ese alto aporte energético en gran medida mediante un elevado consumo de hamburguesas. No obstante el mismo deportista ha desmentido esta leyenda.
El deportista de mayor edad en Londres 2012 es Hiroshi Hoketsu, atleta japonés que practica equitación de 71 años de edad. Dice Hiroshi Hoketsu a quien le pregunta que él come lo que se le antoja. Muy diferente es la dieta que sigue Usain Bolt gran consumidor de batata.
Las batatas tienen alto contenido de potasio tan necesario para el músculo en los deportes de esfuerzo máximo en un periodo corto en el tiempo, como ocurre en carreras de 100 y 200 metros de las que Usain es campeón olímpico.
También se conoce que muchos deportistas chinos han sido sometidos a una dieta sin carne para evitar el consumo accidental de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje y el Comité Olímpico Internacional. Los atletas chinos han sustituido la carne en su dieta por pescado y proteínas en polvo.
A veces, como tantas veces hemos recordado desde estas páginas de Teinteresa, nos olvidamos de la historia y pensamos que en la antigüedad todos estos pensamientos y conocimientos en este caso dietéticos para los deportistas no existían. Esto no era así. El interés por la alimentación en el deporte se remonta al nacimiento de los Juegos Olímpicos establecidos en el año 884 a.C. por el rey heleno Ifitos. También existen muchas leyendas olímpicas sobre la alimentación. Por ejemplo se cuenta que Milón de Crotona nacido en el 510 a. C y que fue discípulo de Pitágoras, decía que hacía falta consumir diariamente 20 libras de carne para competir. Llegó a comerse un toro de cuatro años después de haberlo llevado sobre sus hombros a todo lo largo del estadio. Milón de Crotona fue coronado por cinco veces consecutivas campeón de lucha en los Juegos Olímpicos.