Las alergias no son solo cosa de la primavera. También existen en invierno. Los cipreses y las plantas arizónicas son las culpables del picor de ojos y nariz durante los meses de enero, febrero y marzo.
Estas plantas se pueden ver en las grandes ciudades en forma de arbusto o seto en las calles, nuevas urbanizaciones o parque. Es uno de los elementos botánicos principales que utilizan para decorar aceras y paseos.
Su mayor uso ha provocado que se disparen el número de alergias en esta época del año. Su alta presencia ha modificado el aspecto de las grandes ciudades en los últimos 20 o 30 años, multiplicando de forma exponencial las concentraciones de pólenes a la vez que se ha incrementado la prevalencia y severidad de la alergia “invernal”.
Lo irónico es que este tipo de alergia hasta hace unos años afectaba apenas a un 5% de la población, pero el aumento de plantas de este tipo ha hecho que hoy en día afecte a entre un 20-40% de la población. Además, las arizónicas ya afectan a un 50% de los alérgicos en el invierno, lo que puede llevar a la confusión con los típicos catarros o gripes.
Los jóvenes son las personas que suelen padecer esta alergia, más frecuente en niños de los seis a los siete años y hasta los treinta. No obstante, estas alergias a las cupresáceas son más peculiares y a veces aparecen síntomas en personas con 40, 50 años.
Excepto las Islas Baleares, toda España se ve afectada por este tipo de alergias en un nivel moderado. Pero las que más las sufren son los madrileños y los andaluces, según la Red Española de Aerobiología (REA).
Los pólenes que más nivel de alerta crean en España y se expanden a un mayor número de población son las temidas gramíneas, afectando al 80% de las personas alérgicas.
El sol y el viento, la peor combinación
Esta época del año suele estar llena de días ‘tristes’ con sus nubes negras y lluvias que no soltar el paraguas, y aunque a muchos no les guste, es el mejor tiempo que puede hacer para los alérgicos ya que los días secos y soleados combinado con el viento son los que “favorecen el aumento de los niveles de polinización y, por tanto, un incremento de los síntomas para los alérgicos”.
Todavía habrá que esperar a marzo para saber cómo vendrá la alergia en la primavera de este 2015, pero la falta de lluvias en otoño y principios de invierno podría regalar un año de alergia suave a las personas que se vean afectadas por las gramíneas y el olivo. El 2014 fue el más complicado en cuanto a niveles de polen de los últimos cinco años, causando un gran malestar entre los que padecen alergias.
Consejos para evitar la exposición al polen
1. Permanecer el máximo tiempo posible dentro de casa durante los días de mayor concentración de polen y, sobre todo, en los días de viento.
2. No abrir las ventanas de casa entre las 5.00 y las 10.00 de la mañana y las 19.00 y 22.00 de la noche, así como disminuir las actividades al aire libre durante esas horas, porque es cuando los niveles de polen están más elevados.
3. En los desplazamientos en coche, mantener las ventanillas cerradas.
4. Colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado, tanto en casa como en el coche, y no olvidar cambiarlos con frecuencia.
5. Cuando se salga a la calle, llevar gafas de sol para que el polen no pueda entrar en contacto con los ojos.
6. Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa. No tender la ropa en el exterior, ya que los granos de polen pueden quedarse atrapados en las prendas.
7. Evitar actividades que puedan remover partículas de polen, como cortar el césped o barrer la terraza, etc. En caso de alergia al polen de gramíneas, no es recomendable tumbarse sobre el césped.
8. Si se tiene jardín, evitar tener plantas que polinicen por el aire.
9. No dormir cerca de fuentes de pólenes alergénicos, como árboles o plantas.
10. Si se toman medicamentos específicos para las alergias, como antihistamínicos, es importante tomar los recetados por el médico, de forma regular y en la dosis recomendada. Nunca mezclarlos con alcohol.