Según las conclusiones provisionales de la fiscal, es autor de cinco delitos de abusos sexuales –dos con introducción de miembros corporales vía vaginal–, y también pide indemnizar a las víctimas con más de 26.000 euros.
Las acusaciones particulares piden 20 años de prisión, además de prohibirle acercarse a las denunciantes y la obligación de indemnizarlas; por el contrario, la defensa pide la absolución.
El primer caso pasó en octubre 2008 cuando el acusado examinó a una paciente en Urgencias por padecer dolor en la cadera y «el acusado le subió la camiseta, le tocó la zona abdominal al tiempo que le decía: estás muy buena para echar un buen polvo».
La segunda víctima le denunció después de que en enero de 2009 acudió a un ambulatorio porque le dolía la cintura, y le tocó los genitales; la tercera acudió a la consulta en junio de 2009 por tener dolor de espalda, pese a lo cual le tocó los pechos y le preguntó si le gustaba.
A la cuarta denunciante le tocó los pechos, y por la noche le envió un SMS para proponerle sexo; y una víctima posterior acudió para un frotis vaginal, y la palpó mientras «en voz sugerente le decía si sentía algo», y lo volvió a hacer después porque le pidió que se desvistiera de nuevo.