La lucha para combatir la obesidad va a tener que tomar otros caminos en Nueva York después de que una corte del estado haya declarado ilegal la medida que quería imponer el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, de prohibir la venta de bebidas de gran tamaña en restaurantes y otros negocios.
La corte de apelaciones mantiene de esta manera la decisión adoptada el pasado mes de marzo por el tribunal que manejó la demanda presentada contra la ciudad por la industria de bebidas y otros grupos empresariales.
La corte ha determinado por unanimidad que prohibir la venta de envases cuyo tamaño supere los 473 ml de gaseosas y otras bebidas azucaradas supone un exceso del poder ejecutivo que viola el principio estatal de la separación de poderes.