Científicos del Instituto de Parasitología y Biomedicina «López Neira»-CSIC, en Granada, han identificado el procedimiento que utiliza el parásito causante de la enfermedad del sueño (tripanosomiasis humana africana) para «burlar» la respuesta inmune del cuerpo humano ante un agente extraño.
Según ha informado hoy el grupo investigador, perteneciente a la Red de Enfermedades Tropicales, el parásito tiene su superficie cubierta por una capa compuesta por múltiples proteínas del mismo tipo conocida como Glicoproteína Variable de Superficie (VSG).
Cambiando periódicamente el tipo de proteínas que recubren la superficie, el parásito se vuelve irreconocible para el sistema inmunológico del organismo humano, que ante cada nuevo cambio no es capaz de considerar el parásito como una infección anterior que combatir.
De esta forma ha desarrollado «una enorme capacidad de multiplicarse y sobrevivir durante prolongados periodos de tiempo en el sistema sanguíneo del vertebrado que infecta».
Este es el principal motivo que hace que los tratamientos actuales no sean eficaces y, sobre todo, obstaculice el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad del sueño.
Al cambiar consecutivamente el tipo de proteína que recubre la superficie, el parásito escapa de los anticuerpos que el organismo va generando, por lo que se presenta al sistema inmune como si fuera una infección diferente.
Esta investigación, coordinada por Miguel Navarro, es fruto de una colaboración entre investigadores del Instituto de Parasitología y Biomedicina «Lopez Neira»-CSIC y del Centro Nacional de Medicina Tropical del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de Madrid.
En concreto, lo que han descubierto estos científicos es una nueva estructura en el núcleo del parásito implicada en la variación antigénica de este organismo patógeno.
Si se bloquea la formación de esta estructura, se reduce la cantidad de proteína presente en la superficie de parásito, proteína que al variar consigue eludir la respuesta inmune del enfermo.
Según los investigadores, este hallazgo abre una nueva vía para el tratamiento de la enfermedad, y además podría ser extrapolable a otros protozoos como Plasmodium y Giardia, responsables de otras enfermedades tropicales que también escapan a la respuesta inmune mediante procesos de variación antigénica.