Casi 400 millones de personas en el mundo sufren algún tipo de pérdida auditiva discapacitante, según cifras de la OMS, lo que corresponde con el 5% de la población mundial. Aunque estos problemas se producen en muchas ocasiones por causas genéticas o biológicas, hay otros factores externos que afectan a la audición y que son evitables. En este sentido el próximo 3 de marzo se celebra el Día Internacional de la Audición, una fecha marcada en el calendario que tiene como finalidad concienciar acerca de la importancia de los tratamientos y el cuidado de los oídos.
Según alerta la OMS, el número de casos en los que existe pérdida auditiva aumentará en los próximos años, por lo que esta jornada centrará sus esfuerzos en la concienciación. Bajo el lema Escuchar al futuro- y prepararnos para él, Oticon se une a la campaña de sensibilización promovida por la OMS con el fin de mejorar esta situación.
Y es que según explica José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon, “la pérdida auditiva puede aumentar el riesgo de sufrir deterioro cognitivo, aislamiento social e incluso depresión. Esta situación se produce porque, al tener una mayor dificultad de comprensión del mensaje, las personas con problemas auditivos sufren una mayor carga cognitiva, es decir, su cerebro vive una sobre actividad, por lo que finalmente tienden a ignorar aquello que ocurre a su alrededor”.
Esta situación se da en mayor medida en personas de la tercera edad quienes, debido al propio envejecimiento de las células del oído interno, pierden capacidad para oír o entender el habla. Sin embargo, es cada vez más habitual que personas jóvenes sufran problemas auditivos debido, sobre todo, a la exposición a ruidos elevados, principalmente en su tiempo de ocio (conciertos, uso de auriculares, etc). De hecho, se calcula que el 60% de los casos de pérdida de audición en niños se deben a causas prevenibles. Entre estas buenas prácticas está el uso de tapones en los conciertos, la disminución del volumen de la música.
Actualmente la OMS estima que estos casos de pérdida auditiva suponen un coste mundial de más de 750.000 euros anuales, una cifra que podría verse reducida gracias a la prevención y a una mayor concienciación social. En este sentido, los expertos de Oticon recomiendan llevar a cabo revisiones periódicas destinadas a detectar y anticipar cualquier patología auditiva de manera temprana.
“No todas las pérdidas auditivas son evitables y es importante utilizar de forma precoz y correcta la solución auditiva más adecuada en cada caso para paliar los problemas derivados de la hipoacusia. La utilización de audífonos ayuda precisamente en el control de la disfunción cognitiva, ya que mejora la comprensión de los estímulos externos del habla, garantizando que el cerebro reciba la información adecuada”, explica José Luis Blanco.
Sin embargo no todos los audífonos son iguales o sirven en igual medida a todos los pacientes. En este sentido desde los organismos especializados avisan de la importancia de acudir siempre a centros autorizados donde, tras la realización de un estudio auditivo completo, se elegirá el audífono o tratamiento más adecuado para cada persona.
Un día para la concienciación
El futuro de la audiología es sinónimo de desarrollo tecnológico, y en este campo, Oticon es una de las compañías punteras, ya que mantiene una fuerte labor investigadora junto al Eriksholm Research Centre. Además, a través de la Fundación Oticon, lleva a cabo un proceso de innovación en cuanto al cuidado y rehabilitación auditiva.
De esta manera la compañía afronta importantes retos en cuanto a la protección de la salud auditiva, en particular, controlando sus repercusiones a largo plazo.
Como medida preventiva, el equipo de audiólogos de Oticon recomienda acudir a un especialista si empezamos a sentir alguno de los siguientes síntomas:
– Necesitamos aumentar el volumen de la televisión o la radio más de lo habitual.
– En entornos con ruido de fondo no entendemos bien a nuestro interlocutor.
– Necesitamos que nos repitan lo que nos han dicho.
– Tenemos dificultades para escuchar el timbre de la puerta o el teléfono.
Se trata de situaciones de la vida cotidiana que pueden resultar muy complicados cuando se padece algún tipo de disfunción auditiva. Acudiendo a un experto ante los primeros síntomas, podremos paliar los efectos en la función cognitiva derivados de la falta de audición.