Se acercan de nuevo los exámenes de Selectividad y con ellos, los nervios y el estrés por sacar la nota más alta y poder acceder a la titulación que se quiere. Pero septiembre tiene un problema añadido: al ser una convocatoria extraordinaria, muchas carreras ya no tienen plazas porque han sido cubiertas por aquellos que aprobaron en junio.
No hay que ponerse nervioso, hay que alejar esos pensamientos y concentrarse en el primer objetivo: aprobar la Selectividad y con nota. Y qué mejor para la concentración que una buena alimentación.
La dietista-nutricionista Vanesa León García, socia de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (ADDINMA), asegura que «es la hora de poner a punto nuestro cerebro, un pequeño pero importante órgano del Sistema Nervioso constituido por millones de células, las neuronas, las cuales producen importantes sustancias químicas llamadas neurotransmisores que actuarán como los mensajeros del cerebro, centro donde almacenamos toda la información».
Esta dietista destaca que durante la época de exámenes «la alimentación juega un papel esencial en los resultados finales, al igual que un buen nivel de hidratación y descansar el tiempo suficiente».
«Está claro que si no estudiamos, difícilmente aprobaremos pero debes saber que ciertos alimentos pueden ser tus aliados ya que te ayudarán a mejorar tu concentración y tu memoria y también a controlar el estrés», afirma Vanesa León García.
Esta profesional de la alimentación aconseja una lista de alimentos que ayudarán a los estudiantes a estar más concentrados para la Selectividad y que además mejorarán su memoria:
– Mejora tu memoria: el huevo, el pescado azul, la soja o los lácteos son fuente de colina, un fosfolípido que utiliza nuestro organismo para la producción del neurotransmisor «acetilcolina», relacionado directamente con la memoria.
No te olvides además de incorporar alimentos ricos en vitamina B5 (o ácido pantoténico) como las setas, el aguacate o el brócoli ya que esta vitamina facilita que la colina se transforme finalmente en «acetilcolina».
– Activa tus neuronas: éstas se alimentan de glucosa, la gasolina del cerebro. Al igual que un coche sin gasolina no arranca, el cerebro precisa de la cantidad suficiente de glucosa para su correcto funcionamiento. Así, no pueden faltar en nuestra alimentación diaria los cereales tales como pan, arroz, pasta, barritas o cereales de desayuno.
Si además acompañas estos alimentos con aquellos que aportan tiamina (vitamina B1) obtendrás mejores resultados en la obtención de energía para el cerebro. Los alimentos ricos en tiamina son los propios cereales (especialmente los integrales), la yema de huevo o la carne de cerdo.
– Facilita tu desarrollo mental y psicomotor: numerosos estudios científicos revelan que los ácidos grasos Omega 3 tienen un efecto positivo sobre el crecimiento, desarrollo y función normal del cerebro.
Este tipo de grasas saludables las puedes encontrar principalmente en el pescado azul como salmón, atún, sardinas, boquerones o emperador. Toma como mínimo 2 veces/ semana este tipo de pescado, tu cerebro te lo agradecerá.
– Controla el estrés: cuando llegan los exámenes, es normal estar nerviosos y que aumenten nuestros niveles de estrés. Si existe un mineral con efecto «relajante» por excelencia es el magnesio. Dentro de sus múltiples funciones, el magnesio contribuye a la relajación muscular por lo que en época de exámenes debemos incluir en nuestra alimentación verduras de hoja verde (espinacas, acelgas), cereales integrales, frutos secos o leche, es decir, alimentos ricos en magnesio.
– Mejora tu concentración: la cafeína presente en las bebidas de cola o el café o el té actúa como estimulante natural del sistema nervioso y te ayudan a estar más despejado y concentrado a la hora de estudiar. Pero no abuses de estas bebidas o te provocarán insomnio.
– Y no te olvides de… hidratarte correctamente ya que la deshidratación provoca mareos, dolores de cabeza y falta de concentración. Se recomienda ingerir, de media, unos dos litros de agua pero también puedes ayudarte a través de infusiones, caldos, sopas o frutas y verduras.