«Estamos esperando la muerte», ha asegurado la hermana Catherine, una de las religiosas que, junto a las Misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal y Paciencia, permanecen aisladas en Monrovia.
La hermana Catherine, que está con suero tras pasar toda la noche con fiebre, vómitos y diarrea, ha recordado cómo en la madrugada de este jueves se llevaron al padre Miguel Pajares y a la hermana Juliana en un avión en el que solo había «dos plazas para los españoles».
Los religiosos reclaman ser trasladados a España al igual que sus hermanos: «Llevamos cuatro o cinco días pidiendo y pidiendo y pidiendo pero no habido forma», ha remarcado. La hermana Catherine narra que tenían esperanzas de irse en el avión español y que estaban preparadas para marcharse pero que cuando les dijeron que no «nos quedamos tristes y hundidas».
Después de la marcha de los dos españoles, en el hospital de la orden de San Juan de Dios de Monrovia quedan la hermana Catherine, George Combey (ghanés), las misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal Mutwameme y Paciencia Melgar, ambas contagiadas, y el matrimonio formado por el administrador, Eugene Osei-Wusu, y su esposa, Gloria, ambos de nacionalidad ghanesa.
Según ha explicado la religiosa, los que aún permanecen asilados en el convento contiguo al hospital, ella, las hermanas Chantal y Paciencia y un hermano de San Juan de Dios, están «mal». Al menos cuentan con la ayuda de dos trabajadores amigos que «se están arriesgando» para cuidarles.
En cualquier caso, cada vez tienen menos esperanza. «Si no hay medicamento para esto –señala Catherine–, ¿recuperarnos? Estamos esperando la muerte. Los síntomas debilitan mucho».
Mucho más cruda se mostró la religiosa en declaraciones a Infolibre en las que afirma que los médicos «ni siquiera nos dirigieron la palabra, sólo hablaron con los españoles«. Además, descartó que haya habido problemas burocráticos entre los gobiernos de sus países y el español: «Nuestros gobiernos no se negaron a nada, ha sido España la que no quiere llevarnos. No estaban dispuestos a coger a ninguna gente».
Horas antes de la llegada el avión medicalizado español la monja suplicaba porque les evacuaran: «Queremos salir todos y todas. Tenemos muy pocas medicinas. Si no salimos, vamos a morir. Estamos en la misma casa, y nos han dicho que tenemos que quedarnos en nuestras habitaciones, no podemos salir, y que nos van a poner medios para ayudarnos»
Catherine hace todo lo posible por atender a sus hermanas: «Yo no puedo dormir porque estoy poniendo suero hasta ahora que he podido subir a mi habitacion. No hay médico ni enfermeras; no hay nadie», declaraba.
La orden de San Juan de Dios se moviliza
Por su parte, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha pedido hoy, como «prioridad absoluta», que se establezca un dispositivo sanitario en el Hospital San José de Monrovia, para poder atender «adecuadamente» a las personas que allí se encuentran.
En un comunicado, la ONGD Juan Ciudad agradece «todo el esfuerzo» que han hecho las distintas administraciones públicas implicadas en la repatriación del hermano Miguel Pajares, infectado por el virus del Ébola y repatriado a España junto con la monja guineana de origen español Juliana Bonoha.
La organización también ha anunciado que mañana dará la información pertinente en relación a «los compromisos que esta institución asume con respecto a la repatriación», una vez que el Gobierno haya manifestado su pretensión de iniciar las gestiones para que sea la Orden del religioso la que pague los costes.
Entre el personal que permanece en el hospital liberiano, cita a los religiosos Georges Combey, Chantal Pascaline y Paciencia Melgar, así como al administrador del centro Eugene Osei-Wusu.
Allí también se encuentra el enfermero voluntario camerunés William Ekeurm, que está atendiendo a Chantal y Paciencia, quienes siguen en «mal estado de salud».