La primera encíclica del papa argentino Francisco, «Lumen Fidei» («La luz de la fe»), que aparece cuatro meses después de su elección, fue iniciada por su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, el primero en renunciar al trono de Pedro en siete siglos, y es la primera de la historia escrita por dos pontífices.
«Rerum novarum», publicada por León XIII en 1891, está considerada una de las más influyentes. Para entender el impacto político y la importancia de esa encíclica, habría que tener en cuenta el momento histórico del Papa León XIII, quien asumió el pontificado en plena revolución industrial que transformó las relaciones de trabajo en el mundo.
Ante la terrible explotación laboral de los obreros a finales del siglo XIX, la Iglesia católica se vió obligada a responder con un documento en el que abordaba la situación de la clase obrera, defendiendo la justicia y a los trabajadores.
La solución propuesta, llamada Carta Magna del Trabajo, tuvo una gran influencia ya que involucraba al Estado, la Iglesia, el trabajador y el empresario para que trabajaran juntos.
«Es inhumano abusar de los hombres, como si fueran cosas, para sacar provecho de ellos», sostiene el texto.
La primera encíclica de la historia fue firmada por Benedicto XIV en 1740, quien apenas elegido al trono de Pedro publicó el texto «Urbi primum», sobre la función de los obispos.
Las encíclicas, que constituyen el cuerpo doctrinario que define la posición de la Iglesia católica sobre asuntos claves, nacen como «cartas circulares» del Papa dirigidas a todos los obispos y fieles sobre temas muy diferentes y su versión oficial es siempre en latín.
Muchas encíclicas sirvieron para denunciar errores y condenar tendencias y movimientos, como el ateísmo, la masonería o el modernismo.
Casi todos los pontífices de la era moderna han escrito varias encíclicas, entre ellos León XIII (1878-1903), quien escribió 86. Le siguen Pío XII (1939-1958) con 41, Pío IX (1846-1878) con 38 y Pío XI (1922-1939) con 32.
Pío X (1903-1914) firmó 16, Benedicto XIV (1740-1758) escribió 13, Benedicto XV (1914-1922) redactó 12, Juan XXIII (1958-1963) fue autor de ocho encíclicas y Pablo VI (1963-1978) publicó siete.
El fallecido Juan Pablo II escribió tan sólo 14 encíclicas de 1978 a 2005, entre ellas «Redemptor hominis», en 1979, sobre el Cristo Redentor y la dignidad del hombre, consagrada a la defensa de los derechos humanos.
Encíclicas memorables
Entre las encíclicas más influyentes y recordadas figuran «Pacem en terris» («Paz en la tierra») de Juan XXIII, escrita en 1963, que invitaba a la paz entre todas las naciones y condenaba la carrera armamentista, mientras imperaba la llamada Guerra Fría.
«Es imposible pensar que en la era atómica la guerra pueda ser utilizada como instrumento de justicia», sostenía Juan XXIII.
Otra encíclica papal de corte social fue la de Pablo VI «Populorum progressio», publicada en 1967, sobre el «progreso de los pueblos», en la que la Iglesia reconocía que sólo con el desarrollo social se puede alcanzar la paz entre los pueblos.
La tercera encíclica de Benedicto XVI, «Caritas in veritate», se entrelaza con la «Populorum Progressio» (1967) de Pablo VI y con la «Centesimus Annus» (1991) de Juan Pablo II, dedicadas a examinar la globalización.
En ella el papa alemán instó al mundo, a comienzos del tercer milenio, a gobernar la globalización con ética y a crear una nueva y verdadera autoridad política mundial basada en la solidaridad y la caridad.