El Vaticano ha emitido un informe sobre los elementos esenciales de la vida consagrada, tras auditar 341 institutos de religiosas de EEUU no para «juzgar situaciones, sino para entender» y no se han descartado nuevos análisis en otros países.
El Prefecto de la Congregación para los Institutos de la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el cardenal Braz De Aviz, ha detallado que para elaborar el informe una delegación del Vaticano ha visitado 341 institutos religiosos femeninos entre el 2009 y el 2012, que reúnen a unas 50.000 religiosas. Según él, han vivido con «amargura y dificultad» el hecho de que algunos institutos han decidido no colaborar.
La Presidenta del »Leadership Conference of Women Religious», la religiosa Sharon Holland, ha admitido que la visita apostólica hizo que algunas religiosas se sintieran «juzgadas» en un principio, pero que «el resultado ha sido muy positivo» porque la libertad ha jugado un papel clave.
Holland ha agradecido la actitud de escucha de la Santa Sede y ha valorado este informe final del Vaticano de «muy valioso», porque «reconoce» la verdad de la vida consagrada, pero al mismo tiempo «respeta las diferencias».
Pocas vocaciones y bajos salarios
Holland ha explicado que algunos problemas y desafíos que enfrentan las congregaciones religiosas en EEUU son la caída de las vocaciones y el bajo salario.
La Presidenta ha subrayado que no se trata de un informe de conclusiones «simplificadas», sino que se pretende «transformar las incertezas en confianza mutua». Por otro lado, la religiosa ha puesto de manifiesto la necesidad de promover una mayor «profesionalización teológica».
La coordinadora del »Consejo Mayor de Superioras Religiosas» ha explicado que la visita Apostólica ha ofrecido una «oportunidad tangible» de las religiosas de sentirse «parte de la Iglesia». Durante la presentación del informe, se ha hablado de la necesidad de que haya una mayor presencia femenina en los órganos de decisión de la Iglesia.
La directora de la visita apostólica a las congregaciones religiosas en Estados Unidos, M. Clare Millea, ha evidenciado que a pesar de las dificultades y amenazas que conlleva servir a la Iglesia, hay una «revitalización de la vida religiosa».