Procesión de la Cofradía El Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte.
Poco antes de su fallecimiento, el arzobispo Gandásegui encargó a don Herminio Sanz Pedrosa que fundase una cofradía para alumbrar el paso de »El Descendimiento», que es propiedad de la Santa Vera Cruz en cuya iglesia recibe culto. Aquel deseo se vio materializado el 26 de marzo de 1939 al reunirse los futuros cofrades en la sacristía de la Real Iglesia de San Miguel. Los hermanos cofrades en aquel entonces eran 81 con 6 protectores.
El acta constitucional tiene datos curiosos. Nombra Presidente de Honor al entonces Jefe del Estado D. Francisco Franco Bahamonde y a D. Antonio García García arzobispo de Valladolid; y ordena a los cofrades la adquisición de dos velas, una para alumbrar el monumento al Santísimo y otra para portarla en la Procesión de Viernes Santo, a la cual acudió sin habito ni medalla ante la imposibilidad de su realización.
En 1954 se produjo la fusión con la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de la que quedaban pocos miembros y que ya existía en Valladolid desde hacía cien años, que alumbraba al Cristo Yacente atribuido a Gregorio Fernández y venerado en la Real Iglesia de San Miguel y San Julián donde también se encuentran las figuras integrantes del Monte Calvario que desfilan en la tarde del Jueves Santo en la procesión de Nuestra Señora. de La Amargura.
Desde 1994 retorna la Procesión de Cristo al Humilladero que realizaba la Cofradía de la Buena Muerte, portando a hombros la imagen del Cristo Yacente de Gregorio Fernández que se venera en el Convento de San Pablo, por el mal estado del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y desde hace unos años han sustituido esta talla por el Cristo Yacente de la Real Iglesia de San Miguel y San Julián. La Cofradía de la Buena Muerte fue decreciendo notablemente en sus actividades, hasta su casi total extinción. Dichas actividades se centraban fundamentalmente en acompañar y ayudar a bien morir a todas las personas que así lo desearan, incluso los reos condenados a la última pena a la vez que recorrían el vecindario pidiendo limosna para abonar el entierro de los que no disponían de bienes económicos.
Participan también en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor el Viernes Santo.
Hábito
En 1940 desfilaron vistiendo un peculiar atuendo compuesto por túnica verde y capa encarnada terciada a semejanza de San Juan Bautista, cubriéndose con un turbante trenzado en verde y rojo del que surgía un velo negro que ocultaba el rostro de los penitentes. Desde 1941 el hábito se compone de túnica y capirote morado, cíngulo y capa blanca, y calzado negro.
Pasos
Cristo Yacente (Gregorio Fernández, h. 1632). Se trata del único Cristo Yacente tallado íntegro (de bulto redondo), llevando por lo tanto un paño de pureza. Se trata de una de las últimas obras de Gregorio Fernández. En 1995, dado el estado de la talla, se prefirió desfilar con el Cristo Yacente de San Pablo, cedido por los Dominicos, también de Gregorio Fernández, si bien sustancilamente anterior (h. 1610). En 2007 se recuperó la primigenia talla, única en la imaginería.
Itinerario: San Ignacio, Encarnación, San Agustín, Santo Domingo de Guzmán, Expósitos, y Plaza de la Trinidad, hasta la Iglesia Conventual de San Quirce y Santa Julita, siendo recibidos por la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, donde se realizará un Acto de Humillación, continuando por las calles de Isidro Polo, Imperial, Esteban García Chico, San Quirce hasta la Plaza de San Pablo donde se realizará un Acto de Oración y Reflexión ante la Cruz del Humilladero, siguiendo por las calles de León, San Diego, Plaza de Santa Brígida y San Ignacio, hasta la Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián.