El Papa Francisco ha agradecido a las misioneras de la Caridad y a sus colaboradores que hagan visible el amor de la Iglesia por los pobres» y ha calificado su servicio cotidiano como «la mano de Dios que satisface el hambre de cada viviente», durante su visita a la casa de acogida ‘Dono di María’ con motivo del 25 aniversario de la entrega de la casa a la Beata Madre Teresa de Calcuta por parte del Beato Juan Pablo II
El encuentro ha durado más de media hora y se ha llevado acabo en el patio entre la casa ‘Dono di Maria’ y el patio del Aula Pablo VI, con la presencia de más de un centenar de personas, compuesto por los pobres asistidos de la casa, las personas que frecuentan la casa, colaboradores y amigos, además de las misioneras de la casa y otras misioneras de la caridad representantes de las diversas comunidades en Roma.
Al llegar, las misioneras de la caridad han recibido al Papa Francisco con una Guirnalda de flores según la tradición india, después la Madre General ha pronunciado algunas palabras de bienvenida y después el Papa ha impartido un breve discurso. Al terminar, Francisco ha saludado uno a uno a todos los presentes, iniciando por las mujeres huéspedes que son casi 25 y los hombres que reciben alimentación diaria que son casi 60.
Además, el Papa Francisco ha indicado que durante estos años se han acercado «como el buen samaritano» y al mirar en los ojos y dar la mano para alzar a las personas «han quitado el hambre con paciencia y dedicación» así como «han curado tantas heridas, especialmente espirituales».