La reunificación de Alemania es la vía por la que apuestan ERC y sectores de CDC, el partido de Artur Mas, para lograr una Catalunya independiente dentro de la UE. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha lanzado esta idea en una entrevista, al recordar que la República Democrática de Alemania (RDA) pasó a ser miembro de la UE cuando se unificó con la Alemania Occidental, a pesar de que no había un tratado comunitario para regular su ingreso. “Este mismo criterio se puede aplicar”.
En Convergència también se valora esta posibilidad. Martin Aranburu Carrera, responsable de estudios y programas en la Fundación CatDem (Catalanista y Democrática), que está ligada a CDC, señala que el principio de “excepcionalismo pragmático” que se llevó a cabo en la reunificación de Alemania o la retirada de Groenlandia de la UE, puede aplicarse a Catalunya. “La UE acuerda y decide procedimientos ad hoc, que son resultado del diálogo y el acuerdo político”.
El experto explica que en el caso alemán, las instituciones europeas crearon un procedimiento específico que posibilitó el ingreso automático en la UE de un territorio que no estaba en el espacio europeo. “El mismo método podría aplicarse a Catalunya, estableciendo así cuáles pueden ser los plazos y planes para el ingreso en la UE”.
Aranburu recuerda que no existen en Europa modelos ni para Catalunya, ni para Escocia que ha pactado una consulta con el Gobierno de Cameron. Por ello, estas soluciones ad hoc se convierten en mecanismos para dar encaje a territorios que cambian de fronteras o se separan. En estos casos, la negociación política es fundamental.
Oriol Amorós, diputado de ERC, sostiene que es una “solución jurídica ad hoc” para los “intereses comunes”, de Catalunya, España y Europa. “A Europa le interesa una Catalunya contribuyente, como a las empresas españolas, las químicas de Holanda o las multinacionales de Alemania”, señala el dirigente republicano.
“Rajoy no puede decir a la ligera que una Catalunya independiente quedaría fuera de la UE. La cuestión es que no hay un tratado, pero sí mecanismos para articular que el estado quede dentro de la Unión”, explica Amorós.
ERC mantiene que las democracias anglosajonas, y del norte y centro de Europa reconocen “el proceso democrático” para la soberanía catalana, y piensa que la UE no daría la espalda a una solución “pacífica y democrática”.
Pero España podría vetar el ingreso del estado catalán en Europa. “Si existiera una situación de bloqueo, se buscaría una respuesta para los intereses comunes y compartidos en la UE. La presión conjunta de Europa llevaría a una postura racional”, expone Amorós.
El dirigente de ERC insiste en mantener una postura abierta de diálogo con el Gobierno, que le recuerda que el Ejecutivo de Cameron ha tenido una actitud “excelente” con Escocia.
“Francia, Italia, Grecia y Chipre votarían en contra de la Catalunya estado”
Carlos Fernández de Casadevante, catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad Rey Juan Carlos, considera que no tiene fundamente utilizar el caso de la reunificación de Alemania para Catalunya, porque fue la RDA (la República Democrática de Alemania) la que solicitó incorporarse al resto del territorio a través del Parlamento. Pero en el caso catalán, el territorio seguiría sometido al ordenamiento jurídico español, y no ve probable que los socios europeos vayan a reconocer un estado segregado de una nación “indisoluble” consagrada en la Constitución.
El profesor explica que, al margen del procedimiento por el que Catalunya acordara su independencia, quedaría fuera de la UE, tendría que pedir su ingreso y esperar a que los 28 gobiernos reconocieran y admitieran por unanimidad el nuevo estado, algo que ve improbable. “Por lo pronto, Francia, Italia, Grecia y Chipre votarían en contra”. El experto ve “imposible” desde el punto de vista legal que pueda declararse una Catalunya como país, porque no está reconocido ni en el ordenamiento jurídico español ni en la legislación internacional el derecho a decidir que invocan los nacionalistas.
En cuanto a la consulta soberanista, Fernández de Casadevante subraya que España no tiene base legal para reconocer un referéndum para Catalunya. Habría que cambiar la Constitución con “un procedimiento muy rígido” que lo alejan de la viabilidad. Además, piensa que no tiene sentido debatir o negociar una consulta “sobre una cuestión que la Constitución no contempla”.