El President de la Generalitat Artur Mas concedió una entrevista al programa El Objetivo de La Sexta, apenas 24 horas después de convocar la conulta soberanista del 9-N. Mas, que el sábado ya compareció ante las cámaras de TV3, mantuvo intacto su discurso y aseguró que el 9 de noviembre las urnas estarán en la calle: «Sí, no se lo puedo decir de otra forma. ¿Para qué he convocado yo el decreto si no es para poner las urnas. La intención es que estén en los colegios el 9 de noviembre»
El President es consciente de que el Tribunal Constitucional puede acabar con su objetivo pero está convencido de la legalidad de su ley y su decreto: «Desde Cataluña hemos hecho toda la arquitectura jurídica correcta para que se pueda votar. Da la sensación que vamos a proclamar la independencia el día 10 de noviembre. Los juristas de Cataluña dicen que es constitucional y yo firmo un decfreto matizando jurídicamente todo lo que he podido. Vamos a pedir la opinión de los catalanes para que la Generalitar tenga conocimeinto de causa y poder iniciar un proceso político en función de la opinión de los catalanes».
Reconoció que las posturas entre el Gobierno y la Generalitat «es un poco maquiavélico, pero es que si queremos resolver el tema de verdad y no cerrarlo en falso una vez más, porque la historia entre ambos está llena de desencuentros, no hay otra forma que votar. Convertir el concepto votar en una ilegalidad es una monstruosidad. Yo adelanté elecciones, y no me fue muy bien, precisamente para saber que lo que se decía en la calle se correspondía en las urnas. Me critican por haber convertido la voz de la calle en la voz de las urnas. La consulta no es declarar la independencia es saber qué opinan los catalanes. Hay una cerrazón absoluta que dicen no van a votar y punto y final y esto no tiene sentido».
Mas advirtió que tiene más opciones y que los catalanes tarde o temprano podrán votar: «Yo no estoy calentando a la gente, intento canalizar lo mejor posible e incluso bien, un moviemiento popular pacífico democrático que se expresa en las urnas. Van a votar. Si depende de mi en gran parte. Ahora no puedo ir más lejos, pero hay diversos caminos para ejercer el voto. Negar que el voto va a existir es absurdo porque en algún momento va a llegar. Al Estado le permite escuchar también al pueblo de Cataluña en las urnas. Miren el Reino Unido».
Respecto a la decisión que tome el Tribunal Constitucional afirmó que «el proceso no acaba con la resolución del Tribunal Constitucional. Va más allá porque las leyes hay que utilizarlas como un sitio de de encuentro para resolver problemas. No lo van a poder evitar. Tenemos mecanismos legales para hacerlo. Quiero leer la resolución del Tribunal Constitucional porque estoy escandalizado porque antes de leer el decreto y la ley ya nos habían dicho que era ilegal. Ni siquiera se habían leido el decreto».
Su relación con Rajoy, reconoció, es fría: «Desde finales de julio no he vuelto a hablar con Rajoy. Le expuse cual era el escenario catalán. A cada propuesta es un no y la gente en Cataluña dice que no nos escuchan, no nos resuelven nada, no podemos sentarnos a negociar… será que molestamos. Indirectamente me ha llegado un mensaje del Gobierno en el sentido de que no lo ven y no lo van a aceptar y que harán lo posible para que esta consulta no se celebre, pero no lo van a poder evitar. Insisto en que el 9 de noviembre es lo mejor para todos. Si no están de acuerdo con nuestra manera de consultar, ¿por qué no preguntan ellos?».
La estrategia de Mas, que no quiso desvelar, pasa por hacer ver al TC, que su ley está dentro de la legalidad: «Suspender significa que se tienen que dirigir a nosotros y pedir nuestra opinión y le vamos a contar cómo hemos hecho la ley y el decreto y le vamos a convencer de que esto está en el marco legal. Podemos hacer unas alegaciones y nos tendrán que escuchar. Ya demostró en 2010 que no es un Tribunal Constitucional de todos. Reconozco la autoridad de todos los tribunales, pero no es un problema de autoridad. Estamos discutiendo si un problema político se tiene que resolver utilizando el Constitucional. En el Reino Unido, Cameron dijo que podría haber bloqueado el referendum en el Escocia, pero añadió «yo soy un demócrata» y es lo que en España debería escuchar todo el mundo y actuar con el mismo sentido demoscrático que en Reino Unido. Si el Constitucional suspende la ley y el decreto haremos todo lo posible porque levante la suspensión el 9 de noviembre. Yo tengo mi estrategia y no estamos en el momento para que la explique. La que hay es votar el 9 de noviembre. No es lo mismo que lo anule que lo suspenda cautelarmente. Lo que dependía de nosotros está bien hecho legalmente. Que un 70% de la población catalana quiera votar también es un problema del Estado».
Tampoco quiso entrar ni compartir las voces que desde partidos soberanistas se alzan llamando a la desobediencia: «Desobediencia civil es un término que en algunas circunstancias puede ser lógico y en otros no tiene sentido. Ahora mismo no estamos en un proceso de desobediencia si no en un proceso democrático y encima legal. No condenemos el concepto desobediencia civil como si fuera la peste. Pero no estamos en esa línea. El catalanismo mayoritario no solo de CIU durante cien años ha intentado entenderse con España en los momentos democráticos, en los otros hemos tenido que obedecer y pringar como todo el mundo. ¿A cuántos Gobiernos hemos apoyado? a todos los que lo necesitaron y nunca hemos fallado en un gran asunto de Estado. Si el Estado tiene algo que ofrecer que ponga una urna en la consulta catalana. Pero su único ofrecimiento es decirnos que no a todo».
El líder catalán incidio en que la consulta no significa independencia: «Yo soy más el presidente de la consulta y no necesariamente el de la independencia. Mi compromiso como presidente es hacerla. Hemos llegado a un punto en Cataluña donde parece ser que hay una mayoría a favor de la independencia. El 9 de noviembre no es una declaración de independencia».
Mas sí dejó claro que en estos momentos ni en los próximos meses «contemplo unas elecciones. Voy a hacer lo posible y lo imposible por votar el 9 de noviembre. Da la sensación de que ese día se termina el mundo y se desintegra España. No descarto ningún escenario para poder hacer la consulta. El mejor escenario ya lo hemos perdido desgraciadamente que era a la británica, pactando con el Estado. Lo segundo mejor es lo que estamos haciendo. Tengo mi estrategia muy clara y se va a terminar votando».
En la presentación del Libro Blanco que será este mismo lunes, la Generalitat asegura que Cataluña es viable económicamente como Estado: «Cataluña tiene capacidad para pagar siendo un Estado como si fuese Austria o Dinamarca. En una Cataluña independiente no hubiera habido recortes. Madrid consiguió gestionar la Sanidad veinte años después que Cataluña que es donde se gasta más dinero. Cuatro de cada diez euros los dedicamos a la Sanidad. Hemos tenido que recortar en todo y en algunas cosas hemos arrasado los programas y empezamos en cargos políticos, en altos cargos… Cuando no hay dinero hay que recortar».
Caso Pujol
También hubo tiempo para hablar del tema Jordi Pujol y Mas defendió al ex president catalán afirmando que cree que no es un corrupto: «En el Parlamento catalán diez días antes de la comparencencia de Pujol ya le habían dicho que era un delincuente. Se le pidió que diese explicaciones y dijo que sí sin tener obligación. Yo sí me creo lo de la herencia. A mi si el señor Pujol me lo dice, y he hablado con él estas últimas semanas de tu a tu, me lo creo. Yo también le he hecho preguntas y tomé decisiones con él muy duras para mi. Tenía un despacho, tenía un sueldo y ya no lo tiene. Yo no puedo poner la mano en el fuego por nadie excepto por mi. Yo creo que Pujol no es un corrupto. Un corrupto en la política es la que aprovecha directamente de su cargo para lucrarse personalmente. Yo se que el señor Pujol no se mueve por el dinero. He negado siempre que se cobrasen comisiones. No hubo comisiones, por lo que yo conozco hubo una financiación correcta. El funcionamiento de la Generalitat es correcto y transparente».
Respecto a su situación y las informaciones que sitúan una cuenta a su nombre en Suiza fue rotundo: «Nunca he tenido cuentas en el extranjero. Todas mis cuentas y las de mi mujer han estado siempre en entidades radicadas en Cataluña y lo siguen estando. Nunca he tenido vínculos que los negocios de nadie de los hijos del señor Pujol. Hoy en dia corrupción es cualquier pequeña irregularidad. No se si en algún momento de mi vida con 58 años he cometido alguna irregularidad de tipo admisnitrativo. Pero si por corrupción entendemos lucrarse nunca lo he hecho. Yo soy de los que devuelve el dinero cuando le pagan en exceso. El señor Maragall siendo alcalde de Barcelona en 1995 me pagaron una liquidación con más dinero y le mandé una carta y les devolví el dinero».