«Hay que recortar hasta que la diferencia entre ingresos públicos y gastos públicos sea igual a los intereses de la deuda. Si no se consigue pagar los intereses de la deuda, la deuda no hará más que crecer por culpa de los referidos intereses. La única manera, por tanto, de reducir la deuda es pagar todos los intereses para que así acabe sobrando dinero.
Ahora los gastos son mayores que los ingresos antes de pagar los intereses, con lo cual hay que pedir prestado para pagar la diferencia entre ingresos y gastos y para pagar, además, los intereses.
¿La solución? Reducir brutalmente los gastos vendiendo activos públicos, es decir, privatizando cosas.
Si el Estado está menos endeudado, los tipos de interés tienen que caer. De este modo, se favorecen las inversiones y también el crecimiento. Otra medida podría ser reducir las cotizaciones sociales. Así se abarataría el coste laboral y luego, si la empresa tiene más beneficios, se pagaría más a la Seguridad Social.
En todo caso, creo que lo fundamental es que los tipos de interés bajen. De este modo, lo empresarios pagarán menos intereses y los resultados económicos comenzarán a mejorar.
Ahora estamos viendo como hay una cantidad limitada de ahorro y se está gastando más de lo que se ingresa; hay más demanda que oferta de fondos. Y si el Estado empezase a demandar menos dinero, los bancos tendría más ahorro que prestar a las empresas.
Los bancos se financian con dinero privado, y este dinero lo prestan a quienes se lo piden. Ahora mismo todo este dinero se está yendo a financiar al Estado. Cuando el Estado salde sus deudas, habrá más liquidez para los empresarios«.
– Rubén Manso Olivar es inspector del Banco de España en excedencia y consejero delegado de Mansolivar & IAX.