El president de la Generalitat, Artur Mas, junto al líder de ERC, Oriol Junqueras, anunció el pasado 12 de diciembre la convocatoria de la consulta para el 9 de noviembre y el texto de la pregunta, que ha resultado ser doble.
Pero Mas presentará la convocatoria de la consulta con un Decreto presidencial en septiembre de 2014, es decir, ¡nueve meses más tarde! ¿Por qué?
La Vanguardia acaba de publicar una encuesta que da empate entre el Sí y el No (45% cada uno) a la independencia de Catalunya, resultado que ambos líderes conocen de antemano porque tienen tomado el pulso a la sociedad. Estos nueve meses serán claves para desempatar el resultado, muy probablemente hacia el sí.
Ante la negativa del Gobierno central a que se celebre la consulta y ésta, por tanto, quede anulada, la Generalitat podría ganar al menos un año más en el poder hasta las elecciones autonómicas de 2016, que podrá afrontar con el terreno despejado, y quizá con un clima más sosegado, ya que se habrán celebrado las Municipales en mayo de 2015 y las Generales en otoño del mismo año, salvo un adelanto imprevisto.
Hasta 2016 tiene también un tiempo de oro para recuperar una fuga de votos que se han ido a las filas de ERC y alguno de Ciutadans. Mientras, se presentará ante el pueblo catalán como una víctima tras el no de Rajoy, algo que siempre da resultado.
Con estos meses que le quedan por delante, el President tiene algo más de margen para pactar el apoyo de ERC para los presupuestos de 2015.
Y en medio de la gestación, en mayo de 2014 se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo, en las que Mas ha ofrecido a Junqueras presentarse con una lista única, aunque éste, de momento, se muestra reticente.
Desde 1980, CiU ha sido en número de escaños la fuerza más votada. Según la encuesta del rotativo catalán, el partido de Artur Mas es por primera vez la segunda fuerza, al perder una bolsa de votos del 25% y con tendencia al alza.
Por todo ello, la espera probablemente le habrá valido la pena al President, como en un buen parto. Si en 2016, además, se ratifica el despegue económico del país y por tanto, de Catalunya, el actual Govern podrá apuntarse un buen tanto ante su electorado, quien ha acusado los duros recortes que su líder ha llevado a cabo desde que tomó el poder.