El presidente de Kosovo, Hashim Thaci, acusó hoy a Serbia de «provocaciones» para lograr «el viejo escenario de la partición» y anexión de parte de su territorio, y sostuvo que Belgrado cuenta con el apoyo de Rusia en sus planes.
En declaraciones a Radio Europa Libre, Thaci aseguró que el envío de un tren de Belgrado a la ciudad kosovar de Mitrovica -con la bandera serbia y el lema «Kosovo es Serbia» en una veintena de idiomas- tenía como objetivo desestabilizar Kosovo.
«Serbia cuenta con el apoyo de Rusia. Por eso, un tren de Rusia partió de Belgrado hacia Kosovo. Nada es casual, sino planeado por Belgrado», dijo Thaci.
El tren, decorado por dentro con santos y simbología cristiana ortodoxa, fue fabricado en Rusia.
Hashim Thaci, un antiguo guerrillero albanokosovar, criticó las declaraciones del presidente serbio, Tomislav Nikolic, de que de ser necesario para proteger a los serbios en Kosovo «enviaría el ejército» a la región.
Según Thaci, esas afirmaciones son una prueba de que Belgrado tiene como objetivo la anexión de una parte de territorio de Kosovo.
«La única amenaza para la seguridad de los serbios kosovares es cuando Serbia los utiliza para alcanzar sus objetivos», según Thaci.
«Serbia está dispuesta a sacrificar a los ciudadanos serbios de Kosovo para alcanzar sus propios objetivos políticos y militares», agregó.
El domingo, el presidente serbio afirmó en Belgrado que se estuvo «al borde de un conflicto», del que acusó a Pristina por enviar a fuerzas especiales de la policía con vehículos blindados al norte de Kosovo para impedir la llegada del tren de pasajeros a la ciudad de Mitrovica, el mayor centro urbano serbokosovar.
La ciudad de Mitrovica está dividida en dos sectores, separados por el río Ibar; en el sur vive la población albanokosovar y en el norte se concentra la minoría serbokosovar.
Aunque el norte de Mitrovica está dentro del territorio kosovar, de facto Pristina no ejerce apenas su soberanía allí.
Ese fue el primer tren de pasajeros que salió de Belgrado hacia Mitrovica desde el final de la guerra de Kosovo en 1999, aunque numerosos autobuses y trenes de carga circulan a diario entre los dos países.
Pristina consideró las inscripciones nacionalistas como una provocación inaceptable y una violación de la soberanía de Kosovo.
Ante la posible escalada de la tensión, el Gobierno serbio ordenó detener el tren antes de que llegara a la frontera.
Serbia no reconoce la independencia proclamada en 2008 por Kosovo, su antigua provincia habitada por una gran mayoría de albaneses étnicos.