El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, trató con autoridades israelíes y palestinas sobre la necesidad de defender a la población civil en vista del elevado número de víctimas civiles en Gaza.
Maurer se mostró «conmocionado» y «afligido» por el impacto de la violencia en la franja de Gaza sobre la población civil, asunto que centró sus reuniones con los interlocutores de ambas partes en su visita a la región.
«El objetivo de este viaje ha sido poner la defensa de la población civil en un primer plano. Lo principal es centrarnos en el impacto que ha tenido sobre las víctimas el conflicto para intentar aumentar nuestra respuesta», manifestó Maurer, que mañana concluye un viaje que le ha llevado a Gaza, Cisjordania e Israel.
En su primera parada el pasado martes, primera jornada en la que se cumplió un alto el fuego en más de un mes, Maurer visitó la franja de Gaza para conocer de primera mano la situación creada a raíz de la ofensiva militar israelí.
Al caminar por algunos de sus barrios y tras visitar hospitales donde pudo reunirse con víctimas y familiares que habían perdido a sus seres queridos, el presidente del CICR dijo sentirse «profundamente afligido y conmocionado al ver el impacto de la violencia sobre la población civil en particular».
Aludió a que esa conmoción se debió a la «enorme discrepancia entre las convenciones de Ginebra y las leyes y mandatos que contienen por un lado, que llaman a asistir y proteger a la población durante la guerra, y, por el otro, ver el verdadero impacto de la guerra y a aquellos a los que no podemos proteger o asistir».
Maurer, quien se ha entrevistado en los últimos dos días con dirigentes políticos israelíes y palestinos y autoridades y organismos humanitarios en Gaza, subrayó en esos encuentros la urgencia en «atender las necesidades de la población ante la realidad de muerte, destrucción e inseguridad de la gente».
Incidió en que «esa tensión la encontramos en muchos conflictos en el mundo, donde las necesidades de protección superan la propia capacidad y habilidades de dar respuestas a las necesidades», pero al mismo tiempo se mostró motivado a continuar trabajando para reducir esa brecha.
Sobre el nivel de destrucción y asistencia que se requiere en Gaza, donde según estimaciones harán falta 5.000 millones de dólares para su reconstrucción, aseguró que en el corto plazo se deben invertir enormes esfuerzos para restablecer la habitabilidad y que la población pueda disponer de agua, alcantarillado, electricidad o asistencia a desplazados.
En línea con la política habitual del CICR, dijo que seguirá trabajando con todas las partes involucradas en el conflicto en aras de un mejor respeto de la ley humanitaria internacional con los valores de humanidad en tiempos de guerra.
A sus interlocutores israelíes y palestinos les ha transmitido su intención de aumentar la acción humanitaria, pero para ello, insistió, se requiere un apoyo político para el desempeño de esa labor de manera imparcial e independiente.
Se mostró confiado en que el actual cese de hostilidades continúe para que se reconstituya un «espacio humanitario» que permita a los trabajadores desempeñar libremente su labor y asistir y proteger a la población.
Ante los casos en los que la población civil ha sido blanco de bombardeos o ataques a hospitales y personal humanitario en Gaza, Maurer dijo que ha insistido a las partes en que deben respetarse los principios de proporcionalidad, distinción y precaución.
Y lamentó que a la luz del elevado número de víctimas civiles del conflicto resulte más que evidente que la legislación internacional no «haya sido ambiciosamente respetada en el conflicto».
El CICR, anunció, elaborará una investigación confidencial en base a datos propios y testimonios sobre el terreno con ayuda de la cual, señaló, «trataremos de entender lo que sucedió» en Gaza.