El senador republicano por Kentucky Rand Paul, hijo del exrepresentante Ron Paul, ha anunciado oficialmente su candidatura para competir por la presidencia en 2016. Antes que él lo hizo Ted Cruz, y en breve podrían sumarse Marco Rubio, Jeb Bush, Scott Walker y Chris Christie, entre otros. Todos ellos competirán entre sí en las primarias republicanas.
Al igual que otras estrellas republicanas del momento, como Cruz o Rubio, Rand Paul subió como la espuma gracias al apoyo del Tea Party. Pero desde entonces se ha ido forjando un estilo personal. Y ahora tiene la etiqueta de libertario, una corriente ideológica que ha ganado visibilidad dentro del Partido Republicano.
En su versión más radical, el libertarismo propugna la mínima intervención del Estado en la vida de los ciudadanos, así como el permisivismo social (que cada cual haga lo que quiera, siempre que no dañe a terceros). Lo que en la práctica conduce a muchos libertarios a apoyar la legalización de la marihuana, el aborto sin restricciones, el matrimonio homosexual o la eutanasia.
Pero los libertarios genuinos cuestionan las credenciales de Paul Jr. pues, al igual que su padre, es conservador en cuestiones morales. En cambio, el senador dio la talla libertaria al criticar con firmeza las tácticas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) o el uso de drones. De ahí que los libertarios le prefieran antes que a otros candidatos republicanos.
En realidad hay pocos libertarios auténticos en EE.UU.: solo el 7% de la población encaja en ese perfil y otro 15% se aproxima bastante, según la American Values Survey de 2013. Una encuesta del Pew Research Center, publicada en agosto de 2014, revela que solo el 11% de los estadounidenses se declaran libertarios.
Con todo, algunos analistas insisten en que el libertarismo es una ideología emergente, lo que está obligando a los conservadores a definir mejor sus ideas y sus valores. Declararse a favor del gobierno limitado, los bajos impuestos o el libre mercado no es una seña de identidad suficiente para los conservadores.