El Consejo de Ministros de Bélgica decidió hoy expulsar a un diplomático ruso del país, con lo que se suma a la respuesta internacional al envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia el pasado día 4 en la localidad británica de Salisbury.
«Teniendo en cuenta la gravedad de los acontecimientos de Salisbury y de la elevada probabilidad de la implicación de Rusia en este ataque, consideramos que la medida está plenamente justificada», declaró el Gobierno del primer ministro, Charles Michel, en un comunicado que recoge la radiotelevisión pública RTBF.
El diplomático tendrá 14 días para abandonar el país, una vez que se le notifique la decisión al embajador de Rusia ante Bélgica, Alexander Tokovinin, un trámite que debería cumplimentarse en las próximas 48 horas.
La medida se conoce horas después de que la OTAN, con sede en Bruselas, anunciara hoy la expulsión de siete diplomáticos rusos y denegara las acreditaciones a otros tres individuos por el envenenamiento de Skripal y su hija con un agente nervioso militar de fabricación rusa.
Varios Estados comunitarios decidieron ayer a título individual expulsar a más de 30 diplomáticos rusos, que se suman a los 23 cuya salida ordenó el Reino Unido la pasada semana, mientras que Estados Unidos expulsó a otros 60, y a la acción también se sumaron otros países, como Canadá, Australia, Ucrania o Albania.
A pesar de la expulsión del diplomático ruso de su territorio, el Gobierno belga abogó por «un diálogo franco y abierto con Rusia sobre los asuntos de interés común» y pidió que se esclarezca el caso del exespía y «respeto a la Convención sobre las Armas Químicas».
Por su parte, el embajador ruso dijo en declaraciones a RTBF que Moscú lamenta la decisión y que habrá una respuesta.
«Por supuesto que Rusia va a reaccionar a este proceso», declaró Tokovinin.