El PSOE afronta una de las peores crisis de su historia totalmente dividido: De un lado, Pedro Sánchez, «atrincherado» en Ferraz, quiere mantenerse como líder hasta el próximo Congreso, en el que los militantes decidan qué hacer con el partido; del otro, un sector rebelde, comandado por los barones de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Valencia, que exige una gestora hasta entonces. Un mismo destino, pero distintos y muy cruentos caminos.
La guerra total se ha desatado este miércoles con una decisión insólita que puede suponer el golpe de gracia a Pedro Sánchez. 17 de los 35 miembros en activo de la ejecutiva federal han presentado su dimisión en Ferraz.
La escenografía no ha podido ser más tensa: Antonio Pradas y Eva Matarín han actuado como emisarios del grupo rebelde, y han llevado hasta la sede madrileña las dimisiones; César Luena, el Secretario de Organización, ha impedido al dimisionario pasar a su despacho a recoger sus pertenencias.
«César Luena ya no es Secretario de Organización», sino tan sólo un «compañero», ha asegurado Pradas a las puertas de Ferraz, tras pedir que sea la Comisión de Garantías la que interprete la situación.
Distintas interpretaciones de los Estatutos
La intención de los dimisionarios, la mayoría absoluta de la dirección del partido (si se excluyen los tres puestos ahora vacantes), es conseguir la extinción del órgano de dirección y, con ella, la «muerte política» de Pedro Sánchez.
Los sanchistas aseguran que los Estatutos del partido obligan a mantener al Secretario General hasta el Congreso.
El secretario de Organización del PSOE, César Luena, asegura que la dimisión de los 17 miembros de la Comisión Ejecutiva Federal no disuelve este órgano de dirección del partido. Según ha explicado, los Estatutos del PSOE dicen en su artículo 36 que el Comité Federal es el encargado de convocar un Congreso Extraordinario cuando haya dimitido el secretario general o la mitad más uno de los miembros de la Comisión Ejecutiva. Por lo tanto, ha asegurado que este jueves se reunirá la Comisión Ejecutiva para «cumplir estrictamente» el mandato estatutario, convocando un Comité Federal para que, a su vez, convoque un Congreso Extraordinario.
«En definitiva, llegamos a la convocatoria de un Congreso Federal para que voten los militantes, que es lo que lleva defendiendo esta comisión ejecutiva desde inicios de esta semana», ha apostillado.
Antonio Pradas, portavoz de los dimisionarios y hombre de confianza de Susana Díaz, considera que es una absoluta arbitrariedad que se reúna la Ejecutiva del PSOE, porque ese órgano no tiene ninguna legitimidad para tomar decisiones. Centrándose en el »número dos» del PSOE, César Luena, ha dicho que no puede ser «juez y parte» ni tampoco reunir a una Ejecutiva que «ya no se puede convocar ni tomar decisiones sobre su propio destino».
«Pedimos que se cumpla la ley y que se remita el informe correspondiente y que la Comisión de Garantías emita el informe correspondiente», ha sostenido el socialista andaluz.
El día más amargo en el PSOE
El contraataque de los críticos se ha producido después de una mañana de enfrentamientos descarnados.
Arrancaba con Felipe González reconociendo en público que había sido engañado por Sánchez porque el secretario general del PSOE le había asegurado antes del verano que se abstendría ante Rajoy en la segunda votación.
Horas después era Pedro Sánchez el de que devolvía el golpe envuelto con un desafío: “Ya sabemos que Felipe González está en el bando de la abstención. ¿En qué bando está Susana Díaz?”
¿Quiénes son los 17 que han dimitido?
La presidenta del PSOE, de la federación andaluza, Micaela Navarro.
Dos presidentes autonómicos: Ximo Puig de Valencia y Emiliano García-Page de Castilla-La Mancha.
Todos los miembros andaluces de la Ejecutiva menos María Luisa Faneca, de la cuerda de Sánchez: Antonio Pradas, Noemí Cruz, Estefanía Martín Palop, María José Sánchez Rubio, Francisco Pizarro y Juan Pablo Durán.
El represaliado por Pedro Sánchez, Tomás Góme,z y la ignorada por él en las listas Luz Rodríguez. Y versos sueltos con aspiraciones como Carme Chacón.
Además: Eva Matarín, José Miguel Pérez, Carlos Pérez Anadón, María Ascensión Murillo y Manuela Galiano.
[Vea quiénes son los miembros del PSOE que dimiten]
La dimisión de la mayoría de la ejecutiva para forzar la caída del secretario general es la fórmula que en su día utilizó Óscar López para hacerse con el control de la federación castellano-leonesa.
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