El nuevo enviado de la ONU para el Yemen, Martin Griffiths, dijo hoy en Saná que todas las partes del conflicto muestran un «gran deseo» de llegar a una solución política para acabar a la guerra en el país árabe.
«Todos con los que me he reunido aquí y en Riad hablaron de su fuerte deseo para llegar a una solución política y avanzar rápidamente hacia ella», dijo Griffiths a los periodistas en el aeropuerto de Saná cuando partía hacia Riad después de una visita de una semana.
El enviado de la ONU agregó: «Lo que escuché me da la esperanza de que juntos podamos encontrar un camino hacia la paz en el Yemen».
Además, señaló que «es difícil pasar el tiempo en el Yemen sin darse cuenta del gran sufrimiento causado por esta guerra (…) y esto nos empuja a trabajar duro para encontrar una solución lo más pronto posible para que se detenga este conflicto».
Griffiths se entrevistó a través de videoconferencia con el máximo dirigente de los hutíes, Abdel Malik al Hutí, cuyo paradero se desconoce.
En esa charla, abordaron la posibilidad de volver a las negociaciones de paz, que se suspendieron en agosto de 2016, según detallaron a Efe fuentes de los rebeldes.
Esta es la primera visita del británico Griffiths a Saná desde que fue nombrado nuevo enviado especial a Yemen a mediados de febrero para suceder al mauritano Ismail Uld Sheij Ahmed.
La visita de Griffiths tenía como objetivo devolver a los hutíes a la mesa de negociaciones con el gobierno del presidente reconocido internacionalmente, Abdo Rabu Mansur Hadi, que los rebeldes lo obligaron a huir del país en 2014.
Griffiths, que había mantenido conversaciones con Hadi en la capital saudí a principios de marzo, aseguró hoy que visitará el Yemen y Arabia Saudí regularmente en las próximas semanas y meses para continuar impulsando las negociaciones de paz.
Todas las rondas de negociaciones patrocinadas por las Naciones Unidas en Suiza y Kuwait en 2016 no lograron encontrar una solución al conflicto en Yemen.
Arabia Saudí encabeza la alianza árabe que lleva acabo ataques contra los rebeldes hutíes en apoyo al presidente Hadi desde marzo de 2015.
Según la ONU, más de ocho millones de personas podrían morir de hambre si no llega asistencia urgente al Yemen y existe la amenaza de una hambruna generalizada en el plazo de pocos meses, si no se levanta completamente el bloqueo que todavía sigue imponiendo Arabia Saudí al país vecino.