Hay federalistas y centralistas. Simpatizantes próximos al PSC, al PP y a Ciutadans. Economistas, juristas, empresarios, historiadores y filósofos. Profesionales de la cultura y la educación. “Mucha gente normal que se siente catalana y española sin complejos que necesita una bocanada de aire fresco y ver que se les da voz ante la espiral del silencio”, señala José Rosiñol, presidente provisional de la Sociedad Civil Catalana, una plataforma contraria al proceso soberanista en Catalunya que aspira a ser la alternativa en el discurso político y social y una especie de think-tank que refute las tesis del comité de sabios que guía a Artur Mas.
En una semana este colectivo, impulsado por 60 profesionales y académicos, ha sumado más de 5.000 adhesiones a sus postulados, que se presentarán oficialmente este miércoles en el Teatro Victoria de Barcelona.
Los promotores consideran un éxito el arranque del proyecto, pero reconocen que queda mucho hasta “visibilizar la alternativa al mensaje separatista”. “Tenemos constancia de gente que está deseosa de participar en el acto de Barcelona, pero que ha pedido no aparecer por temor a las consecuencias laborales”, asegura José Domingo, exdiputado de Ciutadans y uno de los impulsores de la plataforma. “Nuestra misión es que aflore este movimiento, porque hay cierto manto de miedo en la sociedad catalana”.
Otros impulsores de este movimiento confirman que hay gente de la cultura que se ha negado a intervenir, aunque apoya los postulados del colectivo, por temor a verse comprometidos. “Los partidarios de la independencia no perdonan. Se quedan con los contrarios a la secesión porque saben que su discurso está basado en la mentira”, explican en la plataforma.
“Hay actores que no se atreven a acudir al acto, porque creen que se la juegan en su trabajo”, señala Eduardo López, presidente de la asociación Tolerancia, que asistirá a la presentación de la Sociedad Civil Catalana en el Teatro Victoria, que tiene un aforo para 1.400 personas.
Los fundadores del colectivo conciben el acto de este miércoles como “la prueba de fuego” ante el reto de convertirse en la alternativa al soberanismo. No quieren considerarse el reverso de la Assamblea Nacional Catalana, el lobby secesionista que suman 37.000 afiliados y que organizaron la manifestación histórica de la Diada de 2012. “Ellos tienen el poder institucional y nosotros no”, sentencia Domingo. También este colectivo prepara movilizaciones. Ya hay dos en la hoja de ruta: un acto por San Juan y una manifestación en Tarragona por la Diada.
«Está mal visto decir no a la consulta»
¿Por qué nace ahora esta plataforma contra la consulta? “El mero planteamiento de la consulta supone una fractura social. Tenemos el mayor nivel de autonomía de la historia y ahora se plantea el derecho a decidir alterando las reglas de juego”, señala Domingo, que dice estar convencido de que “hay una mayoría silenciosa a favor de la unidad. Admite, no obstante, que está mal visto en Catalunya posicionarse en contra de votar el 9 de noviembre. “Decir no a la consulta se ha asociado con el rechazo a un derecho democrático. Esto cala en la sociedad y nadie quiere ser el más feo de la clase”.
Tachan de «populismo repugnante» el ‘España nos roba’
También ha influido “el engaño” en el mensaje político. Ferrán Brunet, profesor de Economía de la UE de la Universidad Autónoma de Barcelona e integrante del colectivo, asegura que “mucha gente se ha creído el discurso del agravio fiscal».
“Los independentistas han jugado a lo ambiguo cuando presentan una consulta ilegal. La gente cree que tiene el derecho a decidir, hay un cierto sentido de democratización, cuando realmente se trata de votar para separarse”, indica Brunet. Esto explica, a su juicio, por qué las encuestas dan una mayoría social a favor de la consulta, que no a la secesión.
Para Jose Rosiñol, “Catalunya está en un proceso peligroso” y es “sano para la democracia” que haya “una voz que se alce con dignidad contra la independencia”.
Los impulsores de este movimiento cargan contra “la falta de pluralidad en los medios” y “el lenguaje perverso” que se emplea para abordar la cuestión catalana.
“Hemos llegado hasta aquí por la gran manipulación y errores políticos. Los independentistas han aprovechado la fragilidad de las instituciones para actuar con deslealtad poniendo en marcha un proceso que deslegitima el Estado”, sostiene José Domingo, para quien el nacionalismo catalán “se ha inyectado de un populismo repugnante basado en falsas diferencias económicas” y fomentando el ‘España nos roba’.
¿Cómo argumentará este colectivo social sus planteamientos? Ferrán Brunet dice que con datos, argumentos y estudios: “Tenemos la función social de verbalizar lo que piensa mucha gente en Catalunya y una función de un ‘think-tank’, para dar argumentos y hacer pensar”.