Este muerto tiene una salud de hierro. Eso se podría aplicar hoy al bipartidismo, permanentemente muerto pero capaz de lograr el 62,7% de los votos en las elecciones andaluzas. Mucho deseo de cambio, mucha casta… pero seis de cada diez andaluces votaron lo de siempre.
Es cierto que hay más pluralismo en los resultados con fuerzas como Podemos y Ciudadanos convirtiéndose en futuras bisagras a nivel nacional. Pero ninguna de las dos ha sido capaz de destronar al PSOE (algo difícil en Andalucía tras 30 años al mando con todo lo que ello conlleva) sino al PP, que pese al efecto Rajoy sigue siendo segunda fuerza.
Veamos el balance del bipartidismo desde 1982 en Andalucía: Un 76,15% en el 82, un 78,89 en el 86, un 80,73 en el 86, un 84,4 en el 96 y un 89,9 en el 200 y 2004. El momento cumbre fue en 2008 con 94,4% de los votos. En el 2012 fueron del 88,99%. Hoy es el 73,4%. No parece que esté muerto del todo, aunque la aparición de otros partidos se haya notado.
Sí, que antes ocho de cada diez españoles votó en Andalucía PP o PSOE, pero eso refleja la fragmentación a la derecha y a la izquierda de los dos grandes. Pero PP y PSOE están vivos. De hecho uno de los partidos que más ha sufrido el descalabro andaluz ha sido (además del PP), UPyD otro de los nuevos partidos que también soñó en ser alternativa a los dos grandes.
La realidad es que camino inexorablemente hacia la extinción después del empeño de Rosa Díez en ser jefa indiscutible tras demostrar que su tirón es limitado. Ahora, ella y sus díscolos, tendrá que rendir cuentas por su soberbia y por no pactar con Rivera que le ha quitado su electorado por su tirón personal.Ya hay voces dentro de UPyD que señalan que la portavoz erró y debe dejar paso al político del momento en una unión. Ella dice que no. Veremos.
Dice Rivera que el bipartidismo ha muerto. Y es cierto solo en parte. Lo que parece claro es que hay más alternativas, pero ninguna de ellas parece hoy capaz de gobernar. Es cierto que en Andalucía el bipartidismo ha sufrido un revés, pero más por la derecha que por la izquierda, pese a que Podemos se haya comido a IU, que eso sí es un cambio radical.