Mas ha hecho pocas cosas, pero también hay que valorar que podía estar en quiebra. Visto en positivo: está vivo y tiene un socio fuerte, que es ERC. Creo que de este gobierno se podría decir que “progresa adecuadamente”.
Mas ha tenido que aguantar el timón ante la nueva solución política que ha propuesto para Cataluña. No se ha arredrado, máxime cuando la mayoría de sus votantes creían que Mas se echaría atrás. Tampoco se ha arredrado ante las presiones de Unió y del mundo empresarial, que también han jugado sus cartas. Pero Mas se han mantenido firme. En el terreno económico es donde menos decisiones de alcance ha podido tomar, lo cual es una mácula en su balance. Pero el contexto económico es el que es, así que creo que su actuación económica resulta aceptable si, repito, se tiene en cuenta el actual contexto económico.
Lo mejor: Creo que ha sido un acierto poner al frente de la política económica a Mas Colell. Ha logrado que Madrid flexibilice el déficit, lo cual es un punto a favor suyo.
Creo que otro logro de estos 100 días ha sido poner en el puesto a Irene Rigau, la conseja de educación. Tras el “otoño caliente”, en el que el ministro Wert habló de “españolizar a los niños catalanes” (cosa que en Cataluña sentó bastante mal y que el resto del territorio causó, cuando menos, bastante perplejidad) vino un intercambio de fuegos artificiales y petardazos pero, al final, toda ha quedado donde estaba. Aquí ha habido una gran labor de despachos, al margen de los grandes titulares, que es mérito de Rigau, quien se ha sentado a negociar con Wert para ver cómo se aplica la reforma educativa en Cataluña. De momento hay un clima de negociación, y viendo cual era el punto de partida, me parece que esto ya supone un logro.
Lo peor: Creo que lo peor de estos 100 días ha sido no atajar con suficiente claridad el tema de la corrupción. Las medidas que ha tomado sobre este asunto no son lo suficientemente creíbles para que la corrupción desaparezca. Ha situado a prestigiosos expertos a trabajar con el director de la oficina antifraude, pero hay la sensación de que no se ha conseguido atajar este problema.
Otro aspecto negativo es que Mas no ha conseguido solucionar el problema del paro, pero el Gobierno español tampoco lo ha conseguido.
Como tercer punto negativo señalaría la situación de asfixia económica. Hemos visto como la Generalitat no ha podido pagar a sus proveedores y los farmacéuticos llevan 4 meses sin recibir ninguna aportación pública.
Ahora bien, el Tribunal Constitucional ha tumbado el euro por receta de Mas, y el gobierno de Madrid también ha impedido que Mas aplique una tasa bancaria, pues esta vendría a superponerse a la suya. Creo que en estos dos asuntos no se le puede echar toda la culpa a Madrid. El Gobierno catalán tendría que haber previsto estas dos eventualidades y haber tenido más imaginación para recaudar el dinero que necesita con otras medidas políticas.
Nota: 6,5.
– Albert Balanzà, periodista.