El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha avanzado este miércoles que mañana votará «no» a la investidura del candidato del PP, Mariano Rajoy, junto al resto de sus compañeros del grupo socialista, pero no ha desvelado si se abstendrá en la segunda votación: «El sábado será otro día».
Sánchez, que ha entrado muy sonriente al hemiciclo para asistir a la primera sesión del debate de investidura y ha saludado a los periodistas preguntándoles que tal estaban, después de varias semanas sin acudir al Congreso desde que dimitió de su cargo.
«Vengo a oír al candidato Mariano Rajoy». Votaré con mis compañeros mañana «no» a su investidura, el sábado será otro día», ha subrayado.
El exlíder socialista, que ha llegado al Congreso en su propio coche pasadas las cuatro de la tarde, había confirmado que estaría hoy en el hemiciclo a través de su cuenta de Twitter.
Camino del Congreso. Mañana votaré No a Mariano Rajoy junto a mis compañeros y compañeras.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 26 de octubre de 2016
De esta manera, Sánchez reaparece en público desde su dimisión como secretario general del PSOE en la reunión del Comité Federal del pasado día 1 y ocupará un asiento en la cuarta fila del hemiciclo en la zona del grupo socialista.
Lo que no ha hecho ha sido asistir a la reunión de su grupo parlamentario, que se ha celebrado una hora antes de la primera sesión del pleno de investidura, en la que el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, ha comunicado a los diputados que deberán obedecer la decisión del máximo órgano del partido del domingo y abstenerse en bloque.
Antes de esta reunión, Hernando ha enviado una carta a cada uno de los parlamentarios, incluido Sánchez, recordándoles la posición política que permitirá la investidura de Rajoy, después de estar gobernando en funciones casi un año.
Sin su clásica corbata roja
Pedro Sánchez, que no asistió este miércoles a la reunión del Grupo Socialista previa al Pleno del Congreso, entró en el hemiciclo a las cuatro de la tarde acompañado por algunos de sus colaboradores de su Ejecutiva, como César Luena y María González Veracruz.
A diferencia de los debates de investidura de marzo, protagonizado por él mismo, y de agosto, la primera intentona fallida de Mariano Rajoy, esta vez Sánchez no ha acudido con traje y corbata -habitualmente usaba una de color rojo- y ha preferido un atuendo informal con camisa de cuadros.
Fue subiendo los peldaños del Salón de Plenos saludando al portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, y a otros miembros de la dirección parlamentaria, que en su día fueron nombrados por su Ejecutiva aunque ahora hayan aceptado la decisión mayoritaria del Comité Federal por la abstención.
También saludó a los parlamentarios de la segunda fila del PSOE, entre ellos el nuevo portavoz en el Senado, Vicente Álvarez Areces, y los miembros de la Gestora María Jesús Serrano y Ricardo Cortés Lastra.
Guiños a los díscolos
Y se vio gestos cariñosos con sus »fichajes» de la lista de Madrid Margarita Robles y Zaida Cantera, que han anunciado que votará no a la investidura de Mariano Rajoy en contra del criterio del partido, así como con la presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela, que él nombró.
Más frío fue su saludo a Eduardo Madina, el diputado vasco al que derrotó en las primarias de 2014 y que ha sido uno de los puntales del sector crítico con su Ejecutiva. Finalmente »estrenó» el escaño que le asignó la dirección del Grupo Socialista tras su dimisión, junto con el ex lehendakari Patxi López.
Tras compartir alguna broma con Patxi López, el dimitido líder del PSOE se dedicó a seguir con gesto serio la intervención del presidente Mariano Rajoy, pero siempre muy atento a su teléfono móvil.