El expresidente del Gobierno Felipe González cree que uno de los problemas que tiene ahora mismo el PSOE es que no tiene «vocación mayoritaria«, según dijo en una de sus intervenciones durante un debate con el secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba.
«El PSOE ha perdido la vocación de mayoría; tiene que recuperarla, y tiene que hacerlo mirando a la sociedad, no de manera sectaria sino con espíritu de consenso y capacidad de dialogar», ha proclamado, en el acto de homenaje a los 30 años de su primer Gobierno.
González ha relatado que, en 1982 el PSOE no tenía vocación mayoritaria, incluso que hubo quien en las reuniones de la Ejecutiva Federal dijo que los socialistas no podían aspirar a más de un 35 por ciento de los votos.
«El partido no tenía vocación mayoritaria pero yo sí la tenía. No pensaba en con quién nos íbamos a coaligar, tenía vocación mayoritaria», ha recalcado y, se ha preguntado si eso ha seguido siendo así en su partido, respondiéndose a sí mismo: «En mi opinión uno de los problemas que tenemos es que no tenemos vocación mayoritaria«.
Además, ha incidido en que para lograr la confianza de la mayoría es necesario que un líder político se vea capaz de ofrecer un proyecto creíble para la mayoría. Por su parte, Rubalcaba ha replicado que, para reclamar apoyo mayoritario a los ciudadanos tiene que construir un proyecto que dé respuesta a las preocupaciones mayoritarias.
Para eso, ha dicho, el PSOE debe hacer algo parecido a lo que hizo en 1982, no hacer un programa electoral más, sino dar hacer un proyecto con «profundidad«, «algo que la derecha no tiene«. «Avanzar en el radicalismo reformista como hicimos entonces», ha resumido, hacer una «revisión profunda y un proyecto de país».
Para el periodista y escritor Diego Armario, “el problema de Rubalcaba es que está intentando resolver los problemas internos de su partido y esto le lleva a actuar de una manera que no es coherente. En el homenaje celebrado este fin de semana, Felipe dijo “voy a decir cosas que no os van a gustar”. Y Rubalcaba le advirtió: “no te pases”. Rubalcaba, aunque está de acuerdo con muchas cosas que dice González, está teniendo que lidiar con un sector del partido que le exige que haga ese discurso”.
Rubalcaba sabe que tiene tiempo; hasta dentro de un año no hay elecciones, por lo que su objetivo ahora es reforzar su liderazgo, por eso hace un discurso que contenta a una parte de los militantes que pueden estar representados por el famoso video en el que piden perdón. “Pero si nos fijamos en ese video, veremos que piden perdón no por lo que han hecho mal, sino por lo que han hecho bien. Es muy fácil radicalizarse cuando se está en la oposición, incluso cuando se está en la oposición del propio partido. Pero es evidente que esta gente no tienen madera de líderes”, señala Armario.
¿Y como es ese madera de líder? Armario responde que un líder hace lo posible para ganar las elecciones: “viene muy al caso una frase que Felipe pronunció poco antes de llegar a la Moncloa: “Los socialistas llevan mucho tiempo inventando el futuro, ahora es el momento de gobernar el presente”. Y esto es lo que hacen los militantes que se oponen a Rubalcaba: quieren inventar el futuro. Pero mientras tanto dejan que el presente lo inventen otros”.
Armario también señala que los opositores a Rubalcaba dentro del PSOE no solo son unos dirigentes concretos, sino las bases que apoyan a estos dirigente. “Como digo, se trata de un problema generacional. Pero si hacen un discurso similar al de Izquierda Unida, la gente va a acabar por votar a Izquierda Unida. Por lo tanto, este discurso solo les hace perder electorado. Los que se oponen a Rubalcaba son los zapateristas. Aunque ZP está fuera del juego político, sus herederos no soportan que sea la vieja guardia la que continúa liderando el partido”.
En cambio, Felipe tiene libertad para decir lo que piensa…. “Y Rubalcaba”, prosigue Armario, “piensa lo mismo que él, pero sabe que de momento no puede decirlo. Él sabe que ganó por muy pocos votos frente a Chacón. Por lo tanto, el partido está dividido; Rubalcaba sabe que si se enfrentase abiertamente a ese sector de la militancia tal vez no les podría ganar. Solo un líder indiscutido -como en su época lo fue Felipe- podría hacer tal cosa. Pero el PSOE no ha resuelto el problema de liderazgo que tiene desde la época de Felipe; no tienen a nadie con semejante personalidad”.