El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney y el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich dominaron hoy el último debate republicano antes del caucus de Iowa, en el que intercambiaron pullas y apelaron a los votantes más conservadores, a apenas dos semanas de la primera cita electoral.
Gingrich aseguró que durante el debate estaba tratando de no parecer «alocado», en clara alusión a su rival Romney, quien en una entrevista ayer utilizó la palabra «loco» para describir al ex presidente de la Cámara.
«Un loco no es lo que necesitamos como presidente», dijo Romney al diario «The New York Times». «Ser alocado es bueno en una campaña. Es muy bueno en la radio. Es muy bueno en la prensa. Su lectura es divertida. Pero en términos de un presidente, necesitamos un líder», dijo Romney.
El precandidato Gingrich se defendió en la primera oportunidad que tuvo, aludiendo al concepto de liderazgo al que Romney suele recurrir y recordó numerosos procesos de negociación en los que se vio involucrado en las administraciones de Reagan y Clinton.
Entre bromas, el hasta ahora primero en las encuestas, explicó que a veces se le acusa de usar un lenguaje muy fuerte y que había decidido «controlarse» a sí mismo durante el debate.
El gobernador de Texas, Rick Perry, se mostró especialmente enérgico al tratar sobre la frontera con México y al mencionar el escándalo de «Rápido y Furioso».
«Si yo fuese el presidente de Estados Unidos y viese que hay una operación como la de «Rápido y Furioso» y mi fiscal general no lo supiese, le haría renunciar de inmediato», dijo.
La operación fallida, que permitió el trasiego ilegal de armas a México durante 2009 y 2010, tenía como objetivo la venta de armas de alto calibre a intermediarios para rastrearlos hasta su destino final, y así arrestar a los cabecillas de los carteles del narcotráfico.
La congresista Michelle Bachmann y el precandidato Ron Paul tuvieron más brillo que en ocasiones anteriores, especialmente este último, que además ha mejorado su intención de voto según las encuestas de cara al caucus de Iowa.
Paul consideró que las tensas relaciones con Irán, a quien EEUU acusa de estar desarrollando un programa nuclear con propósitos armamentísticos, deberían tomarse con precaución.
«Si hemos vivido la Guerra Fría, que lo hicimos, con 30.000 misiles apuntando a nosotros, tenemos que dar un paso atrás y pensar, no cargar el arma y creer que vamos a ser atacados. Así es como llegamos a esa guerra inútil en Irak y perdimos tanto en Irak», dijo el ex congresista de Texas.
Bachmann contestó alarmada ante semejante punto de vista.
«Nunca había oído una respuesta más peligroso para la seguridad de Estados Unidos que la que acabamos de escuchar de Ron Paul (…) sabemos sin la menor sombra de duda que Irán tendrá un arma nuclear, lo usarán para borrar a nuestro aliado Israel de la faz de la tierra, y han declarado que la van a usar contra EEUU», argumentó.
El ex gobernador de Utah Jon Hunstman y el ex senador de Pensilvania Rick Santorum intentaron quemar sus últimos cartuchos en este último debate, mientras ven que sus candidaturas languidecen de las últimas encuestas.
Ausente del debate estaba Herman Cain, el empresario que, tras convertirse por sorpresa en uno de los favoritos de la contienda, se vio obligado a renunciar la semana pasada por un escándalo sexual.
El sondeo diario de Gallup para CNN mostró hoy que la contienda se está endureciendo en los últimos días.
Newt Gingrich, que tras la retirada de Cain cogió impulso, ve como pierde apoyo en todo el país y Mitt Romney lo recupera en esta última semana.
Gingrich ahora cuenta con un respaldo del 29 por ciento de los votantes republicanos, a ocho puntos porcentuales de su máximo obtenido (37%), registrado a principios de diciembre.
Mientras tanto, su competidor más cercano, Mitt Romney, ha hecho modestos avances en la última semana, alcanzando el 24 por ciento desde el 22 donde se encontraba estable desde principios de noviembre.
Raquel Godos