El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha asegurado este domingo que España está «en disposición de plantear una guerra sin cuartel contra el paro» y ha prometido «no bajar la guardia» y seguir trabajando para reducir el desempleo.
En su intervención durante el acto de apertura del curso político en Soutomaior (Pontevedra), Mariano Rajoy ha destacado que, a pesar de los últimos «años difíciles», las mejoras económicas se consolidarán el próximo año, en el que España «va a ser el país que más crezca de la zona euro«. A ese respecto, ha indicado que el Gobierno revisará al alza sus previsiones de crecimiento y que «ya no se habla de brotes verdes, sino de raíces vigorosas«.
También ha augurado que el final del curso político que empieza ahora España estará «mucho mejor», y se ha comprometido a «seguir trabajando» para que esa mejora «se consolide en el tiempo», permita crear empleo y «llegue a todos los españoles».
Así ha comenzado Rajoy su discurso en el tradicional acto de apertura del curso en Soutomaior, donde ha agradecido el esfuerzo hecho estos años tanto por los responsables de las distintas administraciones como por los ciudadanos y ha señalado que «España está quemando etapas en la recuperación», pero también ha asegurado que no dejará que queden «atrás» los que aún sufren el desempleo.
El presidente ha celebrado «la inteligencia, el aguante y la capacidad para soportar dificultades y salir adelante» del pueblo español y ha avanzado que una vez más se revisará al alza la previsión de crecimiento económico.
Para ejemplificar el cambio en la política económica, ha expuesto que «aquí no hablamos de brotes verdes, hablamos de raíces vigorosas y si ahora vamos a recoger los frutos es porque primero plantamos nuevas cepas».
Rajoy ha apuntado que España se financia en los mercados «a un precio como no se había financiado nunca» y ha recordado que cumplió la promesa formulada por él mismo hace un año, cuando en este mismo escenario anunció una bajada de impuestos, justo la que «acabamos de presentar en las Cortes Generales» con lo que, ha subrayado: «He cumplido mi palabra».
Ha confiado en que en España, ese país en el que han de primar «los valores de la buena gente», mejore el nivel adquisitivo de los ciudadanos y se vaya dando solución al drama del desempleo.
Con todo ello, ha rememorado que si en 2012 dijo en Soutomaior que «las cosas» irían mejor en 2013, y en ese año lo repitió, hoy se ha sentido en condiciones de afirmar que «el año que viene estaremos mucho mejor que hoy, mucho mejor».
En este 2014, ya hay una «evidente mejora» que todavía algunos siguen negando, pero hay que continuar con los esfuerzos, de modo que «autocomplacencia ninguna» y tampoco «lanzar campanas al vuelo».
Rajoy ha garantizado que la mayoría ha comprendido las decisiones y «ajustes» que se han ido tomando para que la crisis esté «en retirada» y en ello ha coincidido el presidente de la Xunta y líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo.
En su discurso, que ha precedido al de Rajoy, Feijóo ha asegurado que «la gente sabe muy bien que las cosas no están como ellos quieren que estén», todavía, pero el camino sí está iniciado tras medidas efectivas, que no efectistas, y por la senda de «hablar menos y trabajar más».
Sin embargo, ha comentado que «somos plenamente conscientes de que nuestro trabajo no está terminado» y este mensaje ha querido trasladarlo Feijóo a las familias «que aún siguen afectadas» y que pasan por «situaciones difíciles»
Reforma electoral
Rajoy, ha advertido de su intención de seguir adelante con la reforma electoral para la elección directa de alcaldes: «claro que vamos a hablar de eso y quien no lo quiera que lo explique al conjunto de los ciudadanos».
«Claro que vamos a hablar de eso y quien no lo quiera que lo explique al conjunto de los ciudadanos», ha advertido el presidente del Gobierno Rajoy ha hecho esta advertencia en su discurso de apertura del curso político en Soutomaior, en el que ha insistido en la disposición de los populares para negociar ésta y otras reformas, entre las que ha citado la reducción de aforados, la regulación de los indultos o la limitación de los gastos derivados de las campañas electorales.
El jefe del Ejecutivo ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas políticas para alcanzar acuerdos en el marco de la regeneración democrática, y les ha dicho: «Queremos tomar decisiones o podemos sumarnos a otras que quieran hacer otros para mejorar la calidad de nuestras instituciones».
Así, ha señalado que los populares están dispuestos a hablar del aforamiento, de la regulación de los indultos, así como de los procesos penales y las responsabilidades públicas, y también quieren hablar del fortalecimiento de las iniciativas legislativas populares.
Ha sumado a todas esas cuestiones la disposición del Gobierno a lograr un «gran acuerdo» para limitar los gastos derivados de las campañas electorales.
Después, Rajoy se ha referido a la propuesta del Gobierno de reformar la ley electoral para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada, una idea que rechazan, a priori, la mayor parte de las fuerzas políticas de la oposición. «Vamos a continuar abriendo un debate» ha advertido.
Y ha dicho que los populares quieren «fortalecer el vínculo democrático a través de la elección directa de alcaldes» y apuestan por hacerlo «con diálogo y consenso».
Firme ante Artur Mas
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado sobre el proceso catalán, que no va a consentir que «nadie viole la ley».
Al final de su intervención, Rajoy se ha referido al proceso catalán al afirmar que «no puede consentir que nadie viole la ley. No lo voy a hacer y espero que todo el mundo actúe con responsabilidad».
El jefe del Ejecutivo ha insistido en que la soberanía nacional radica en el conjunto y que todos «queremos opinar» sobre el conjunto de país.
En este sentido ha dicho que las «coordenadas son claras y firmes» y que «no hay democracia sin ley y, por tanto la ley está por encima de todos».
«Todos estamos obligados a cumplir ley, sin excepciones», ha insistido Rajoy, quien ha asegurado que «lo que es de todos se decide entre todos».
Se ha mostrado a favor del diálogo, pero ha dejado claro que «el presidente del Gobierno de España no puede consentir que nadie viole la ley y no lo voy a hacer», y ha confiado en que «todo el mundo actúe con responsabilidad»