El Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y la oposición han acordado posponer hasta abril de 2018 las elecciones presidenciales previstas para diciembre de este año, en medio de la ola de violencia que vive el país desde que se planteó la posibilidad de este retraso.
Así lo confirmó hoy Edem Kodjo, exprimer ministro de Togo y mediador en las negociaciones entre Gobierno y oposición que han estado lideradas por la Unión Africana (UA) para encontrar una solución pactada a esta crisis política.
El acuerdo autoriza al presidente de la RDC, Joseph Kabila, a permanecer en el poder hasta que se celebren los comicios, pese a haber cumplido los dos mandatos que le otorga la Constitución.
A cambio, la oposición podrá elegir al primer ministro para gestionar la transición que lleve al país hacia el proceso electoral, detallan los medios congoleños.
El acuerdo se produce después de que ayer el Tribunal Constitucional autorizara el aplazamiento de los comicios, tras recibir una petición de la comisión electoral para poder hacerlo.
Pese a que las votaciones estaban previstas para diciembre, la Comisión Electoral y el Gobierno pidieron hace meses retrasar los comicios por motivos «técnicos», ya que, aseguraron, el censo electoral está desfasado.
La oposición, por su parte, rechazó entonces el aplazamiento al considerarlo un intento de Kabila, en el poder desde 2001, de mantenerse en el cargo en contra de la Constitución.
En septiembre, las protestas para pedir la dimisión del presidente estallaron en Kinshasa, donde al menos 32 personas murieron, según las autoridades, aunque la oposición elevó la cifra a más de 75 fallecidos.
Por su parte, la Corte Penal Internacional (CPI) anunció ayer que en los próximos días desplegará una misión en el país africano para pedir al Gobierno, la oposición y la sociedad civil que pongan fin a la violencia.
Kabila ha dirigido el país desde 2001, cuando llegó al poder tras el asesinato de su padre, Laurent-Désiré Kabila, y ha vencido en las dos elecciones presidenciales celebradas hasta el momento (2006 y 2011).
Llamado a dejar su puesto tras dos mandatos de cinco años, límite fijado por la Constitución congolesa, Kabila podría convertirse en otro de los líderes africanos que intentan perpetuarse en contra de la ley, como sus homólogos de Burundi, Pierre Nkurunziza, o Ruanda, Paul Kagame.