«En primer lugar me gustaría aclarar que el hecho de que ETA tenga una motivación política no hace que sus crímenes sean menos horrendos. Por el contrario, hace que lo sean más. ETA no es un interlocutor político y, por lo tanto, no hay que discutir con ellos. Ha habido ocasiones en el pasado en las que sí se ha dialogado con ellos y esto nunca ha funcionado. Lo único que ha funcionado es la persecución policial.
La prueba de que la Policía trata de detener a todos los etarras posibles -con independencia de su posición dentro la jerarquía de la banda terrorista- es que a lo largo de la historia la mayoría de los dirigentes de ETA tarde o temprano han acabado en prisión.
Pero la Policía no tiene localizados a los terroristas prófugos para detenerlos cuando quiera. Lo que sucede es que a veces, cuando la Policía tiene la oportunidad de detener a algún etarra, no lo hace en un primer momento para recopilar más información sobre el terrorista, ver con quien se relaciona y demás. Si esto da fruto, se van uniendo eslabones. Pero si ven que el etarra no se relaciona con nadie, los cuerpos y fuerza de Seguridad proceden a su detención.
No es fácil saber dónde se encuentran los terroristas y no hay que creer todo lo que se publica sobre este asunto. Sin ir más lejos, hace poco se decía que Troitiño estaba en Venezuela, y resulta que lo han detenido en Londres. Oro caso es el de Josu Ternera. Durante años no se ha sabido nada sobre él y se continúa especulando sobre su paredero. Pero solo cuando se descubre un piso de etarras y se procede a su registro, se pueden detectar sus huellas y entonces la Policía descubre que en algún momento Ternera ha estado allí».
– Florencio Domínguez es el redactor jefe de la agencia de prensa Vasco Press y columnista de los periódicos La Vanguardia, El Correo y Diario de Navarra. Ha publicado varios libros sobre el terrorismo etarra, el último de los cuales lleva por título La agonía de ETA.