El presidente del Parlamento de Hong Kong cedió hoy a la presión de las fuerzas pro chinas después de prohibir que dos legisladores independentistas pudieran jurar su cargo para dejar a merced de los tribunales la decisión final.
El presidente del Consejo Legislativo de Hong Kong (Legco por sus siglas en inglés), Andrew Leung Kwan-Yuen, ordenó suspender hoy la sesión parlamentaria tras ordenar sin éxito que los legisladores Sixtus «Baggio» Leung y Yau Wai-ching, miembros del partido Youngspiration, surgido a raíz de los movimientos democráticos de 2014, salieran de la sala.
Ambos pretendían, por tercera vez, jurar sus cargos como parlamentarios de Hong Kong.
La decisión de Leung levantó una oleada de protestas dentro del hemiciclo, donde los diputados liberales acusaron al presidente de ejercer el totalitarismo, mientras que cientos de partidarios pro chinos celebraban en el exterior del edificio la decisión.
La situación provocó que el responsable de la cámara suspendiera la sesión.
Esta frustrada reunión en el Parlamento sigue a un rosario de enfrentamientos entre las fuerzas pro y en contra de Pekín que fueron elegidas en las elecciones parlamentarias del pasado 4 de septiembre.
Entonces, por primera vez ocho de los 70 representantes de la nueva Cámara pertenecen a partidos que piden una mayor apertura democrática y hasta la independencia para la región.
La controversia arrancó el pasado 13 de octubre cuando Sixtus «Baggio» Leung y Yau Wai-ching utilizaron insultos y lenguaje despectivo hacia China durante su juramento como parlamentarios, lo que llevó al presidente de la Cámara a invalidar sus votos.
Una semana después, cuando ambos políticos optaron por atacar las normas durante el procedimiento formal de toma de su cargo, los diputados pro Pekín, que son mayoría en el Parlamento, boicotearon el procedimiento saliendo del hemiciclo y obligando a suspenderlo debido a una insuficiencia de quórum.
Una estrategia que los conservadores pensaban repetir hoy y que Leung optó por no llevar a cabo al dejar que sea el Tribunal Supremo de Hong Kong quien tome una decisión sobre si ambos políticos pueden volver a jurar su cargo, un dictamen que está previsto para el próximo 3 de noviembre.
La decisión de que sea el poder judicial el que resuelva el conflicto legislativo obedece a un desafío legal sin precedentes que la pasada semana llevó a cabo el Gobierno de Hong Kong al pedir judicialmente el veto a los dos legisladores independentistas de volver a tomar su juramento al considerar que sus actos habían ido en contra de la Ley Fundamental (la Constitución) de la región.
Una propuesta que desobedecía las órdenes del presidente del Parlamento quien tenía pensado llevar a cabo hoy el juramento de ambos políticos, pero que ayer martes optó por cambiar de opinión señalando que la «difícil» y «dolorosa» decisión de impedir llevar a cabo el proceso se debía a que éste se encontraba en «un punto muerto», dijo Leung a los medios locales.
«No me arrodillo ante la presión. Pero esta es una situación sin precedentes», dijo Leung.
Una revisión judicial que podría desembocar en una batalla constitucional y a su vez enfrentar a los poderes ejecutivo y legislativo de la ciudad, poniendo a prueba el estado de derecho de Hong Kong, ya que cerca de la mitad del Parlamento es elegido a través de unas elecciones abiertas.