El pleno del Parlament ha rechazado este jueves una moción de la CUP que llamaba a «detener todo diálogo político con el Estado español que no tenga como condición previa el reconocimiento del derecho a la autodeterminación, el fin de la represión, la liberación de los presos y el libre retorno de exiliados».
Los »cupaires» se han quedado solos defendiendo este punto de la moción y el que reclamaba «avanzar unilateralmente en el ejercicio de la autodeterminación», sin aceptar las limitaciones del marco jurídico español.
Sí que han prosperado los apartados que reclaman elaborar «una cartografía de la represión que se ha vivido en Catalunya» desde el 1 de octubre de 2017 –fecha del referéndum–; que la Generalitat se persone como acusación particular en las causas de presunta vulneración de derechos civiles y políticos, y en la expulsión del espacio público de expresiones fascistas, nazis, machistas, racistas y homófobas.