Europa vuelve a demostrar en el conflicto de Ucrania que es incapaz de tener una posición dominante en el mundo. Ante el órdago de Rusia y la indiferencia, pese a las amenazas veladas, de EEUU, Putin hace y deshace a su antojo. Diplomacia y diálogo son las palabras más usadas tras reuniones y reuniones en un conflicto que la UE no supo ni preveer ni atajar. Una vez más papá EEUU tenía que venir al rescate, pero Obama no está por la labro de enfrascarse.
Así, el presidente francés, François Hollande, conversó hoy con su homólogo polaco, Bronislaw Komorowski, con quien acordó exigir a Rusia «una solución de salida de la crisis» de Ucrania «conforme al derecho internacional». Los dos mandatarios, que acordaron trabajar conjuntamente con sus homólogos de la UE para buscar esa salida al conflicto, destacaron la importancia de «una posición unida de los europeos», informó la Presidencia francesa en un comunicado.
Para París y Varsovia, la solución debe tener en cuenta «el respeto de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania», además del «reconocimiento de la diversidad étnica, lingüística y cultural de la población ucraniana».
Finalmente, aseguraron que la salida a la crisis debe «preservar la paz y la seguridad en el conjunto del territorio ucraniano» y se deben «organizar elecciones presidenciales de forma transparente e incontestable». Y si no ocurre ¿qué pasará? Esa es la pregunra. Sanciones diplomáticas es la respuesta. Putin no parece temblar.
Por su parte, mientras el secretario general de una ONU donde Rusia tiene derecho de veto, pide respeto a la unidad de Ucrania, el senador republicano John McCain dijo este lunes que estaba descartada una intervención militar de Estados Unidos en Ucrania, pero criticó con virulencia al presidente Barack Obama por su falta de liderazgo frente a su homólogo ruso, Vladimir Putin.
«Se trata de una intervención flagrante de Vladimir Putin y eso debería ser inaceptable para el mundo», afirmó el senador republicano, quien fue el rival derrotado por Barack Obama en la elección presidencial de 2008, en el preámbulo de un discurso en la conferencia anual del principal grupo de presión proisraelí de Estados Unidos, Aipac (American Israel Public Affairs Committee), en Washington.
«Tengo que ser muy franco con ustedes, no existe una opción militar que podamos emprender ahora, pero el país más poderoso, más grande y más fuerte del mundo dispone de muchas alternativas», dijo el senador.
Entre ellas: identificar a los «cleptócratas» y sancionar a los responsables rusos más corruptos incluyéndolos en la lista Magnitski, creada por iniciativa del Congreso en diciembre de 2012. Los funcionarios rusos involucrados en la muerte en prisión en 2009 del jurista Serguei Magnitski y que figuran en esa lista, tienen prohibido ingresar a Estados Unidos y sus haberes en ese país están congelados. Serguei Magnitski había denunciado el desvío de fondos públicos por funcionarios rusos.
La crisis ucraniana es «el resultado de una política exterior ineficaz» y «ya nadie cree en la fuerza de Estados Unidos», afirmó John McCain. «El presidente estima que la Guerra Fría está terminada, es verdad, ha terminado, ¡pero Putin no cree que haya terminado!», agregó.
La OSCE manda observadores
Las potencias occidentales buscaban este lunes una solución diplomática con Rusia a la crisis ucraniana, en momentos en que comandos armados prorrusos controlaban Crimea, una península al sur de Ucrania de población mayoritariamente rusohablante.
Observadores de la OSCE empezarán a desplegarse este lunes por la noche en Ucrania, aunque las objeciones rusas impiden de momento una misión a pleno régimen, anunció en Viena la subsecretaria de Estado norteamericana para Asuntos Europeos, Victoria Nuland.
«La OSCE empezará esta noche a desplegar observadores en Ucrania, que registrarán hechos de forma neutral y harán una evaluación objetiva de la situación en el terreno», dijo Nuland a la prensa.
La funcionaria, que asistió a una reunión especial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en la capital austríaca, espera que se permita a estos observadores «viajar a Crimea, que es donde más falta hacen, así como a puntos clave del este de Ucrania».
Los representantes de los 57 países miembros de la OSCE no se pusieron aún de acuerdo sobre el envío de una misión amplia de observación a Ucrania, tal y como pidieron Estados Unidos y otros, según Nuland y otros funcionarios.
El embajador ruso en la OSCE manifestó las reticencias de su país, observando que las misiones de observación no siempre son buenas.
En Kosovo, dijo, los observadores «contribuyeron a empeorar la situación», y en Osetia del Sur, un territorio separatista prorruso de Georgia, «agravaron la situación», dijo Andrei Kelin. El domingo, el embajador norteamericano ante la OSCE, Daniel Baer, pidió el envío «inmediato» de observadores a Ucrania.
La reunión de Viena también abordó la posibilidad de crear un «grupo de contacto» sobre Ucrania, una idea defendida por la canciller alemana Angela Merkel, y según Berlín, apoyada también por el presidente ruso Vladimir Putin. De momento, la alta comisionada de la OSCE para las minorías, Astrid Thors, se encontraba en Kiev el lunes, y planea ir a Crimea.
Tim Guldimann, enviado de Suiza, que preside la organización, viajará a Ucrania este lunes y visitará igualmente la península rusófona. Y la representante de la OSCE para la libertad de prensa, Dunja Mijatovic, visitará Ucrania del martes al viernes.