El hijo mayor del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol Ferrusola, ha abandonado la Audiencia Nacional sin que se le hayan impuesto medidas cautelares después de declarar durante más de cinco horas ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, que le ha preguntado si cobró «comisiones ilegales» a cambio de su intermediación en la adjudicación de contratos públicos que habrían camuflado como supuestos trabajos de asesoría.
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 ha monopolizado la mayor parte del interrogatorio, ya que ha dirigido sus preguntas durante cuatro de las cinco horas durante las que se ha prolongado, según explicaron fuentes jurídicas. Al término de la comparecencia, ni la Fiscalía Anticorrupción ni la Abogacía del Estado han solicitado la imposición de medidas cautelares, por lo que el imputado ha abandonado la sede judicial sin la necesidad de que se celebrara una vistilla.
Jordi Pujol Ferrusola ha declarado estado declarando cinco horas ante el juez de instrucción número cinco de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, que le interroga como imputado por fraude fiscal y blanqueo de capitales. El primogénito del expresidente de la Generalitat está respondiendo a las preguntas del magistrado y lo hace en castellano y no en catalán.
Es el segundo Pujol Ferrusola que declara, tras su hermano Oriol, imputado en el caso de la ITV. El mayor de los descendientes del expresidente de la Generalitat está siendo interrogado por el movimiento de más de 30 millones de euros entre los años 2004 y 2012.
El interrogatorio se centra en las gestiones de sus cinco empresas (Inter Rosario Port Services, Iniciatives Marketing i Inversiones, Iberoamericana de Business and Marketing, Project Marketing Cat, y Active Translation) cuyos fondos recorrieron Andorra, Suiza, Liechtenstein, Islas Caimán, Luxemburgo, Croacia, Argentina, Uruguay, Estados Unidos, México, Francia, Reino Unido y Gabón.
Lo hicieron a través de tres entidades finacieras, BBVA, el Banco Mediolanum y Credit Suisse, a las que el magistrado solicitó toda la información referente a la apertura de cuentas y cualquier producto financiero, así como todos los extractos a nombre del primogénito de Jordi Pujol.
Él sostiene que todas las transacciones responden a negocios legales y los fondos han sido debidamente tributados, pero los investigadores sospechan que blanqueó grandes cantidades de dinero provenientes de negocios ilícitos.
Los informes policiales aseguran que la mayor parte de esta facturación de esas empresas obedece a comisiones ilegales, disimuladas con conceptos “ficticios”. Las cinco empresas carecían de actividad mercantil ordinaria. Entre todas, sólo tenían una empleada y los que les pagaron por servicios no realizados tendrán que aclarar al juez en concepto de qué abonaron esas sumas de dinero.
El imputado también tendrá que explicar de dónde salieron 15 millones de euros que se repartió en enero de 2013 con su exmujer, Mercè Gironés, también imputada y citada a declarar a partir de las cuatro de esta tarde.
Cada miembro del extinto matrimonio ingresó 7,5 millones en sus respectivas sociedades patrimoniales vía ampliaciones de capital. Pujol Ferrusola tenía debilidad por los coches cuya compara le puso servir para blanquear capitales.
Según los datos de la UDEF, Pujol compró tres Ferrari, un Lamborghini, tres Porsche, dos Mercedes, un Jaguar y un Lotus, de colección. Pagó por todos ellos cifras inusualmente bajas, por lo que hay sospechas de que el resto de su coste pudo ser abonado en dinero negro.