El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha enviado a prisión a la etarra Saioa Sánchez Iturregi, entregada temporalmente por las autoridades francesas, y le ha comunicado su procesamiento por estragos terroristas producidos en una explosión en la calle Santutxu de Bilbao, frente a una oficina del INEM, el 29 de enero de 2006.
La Policía española trasladó ayer desde Francia a Madrid a esta etarra que cumple en el país vecino una condenada de 28 años de cárcel por el asesinato en diciembre de 2007 en Capbreton de dos guardias civiles.
Según informó la Policía, la entrega temporal ha sido concedida a favor del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional por un delito de terrorismo. El Tribunal de Apelaciones de Poitiers (Francia) ordenó su entrega a España el 23 de octubre de 2012 para ser juzgada por un atentado cometido por el comando »Otazua» contra una oficina de empleo de Bilbao el 29 de enero de 2006.
Sánchez Iturregi, alias `Hintza´, nació en julio de 1981 y fue condenada por las autoridades francesas a 28 años de prisión por el asesinato cometido en 2007 en Capbreton -localidad cercana a Baiona, al norte de la capital labortana- de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero.
En el juicio, esta miembro de la organización armada reconoció su implicación en ese atentado en un documento interno que remitió a la dirección de la organización, al confirmar que ella y Asier Bengoa (otro de los condenados por esos asesinatos) emplearon un Renault Clio para huir, un coche en el que la Policía francesa halló restos de casquillos de armas.
Un total de siete miembros de ETA fueron juzgados por este crimen, de los que tres eran integrantes del comando que mató a tiros a los agentes Raúl Centeno, de 24 años, y Fernando Trapero, de 23. Entre ellos estaba Mikel Carrera Sarobe, alias `Ata´, al que la justicia francesa condenó en 2013 a cadena perpetua, con 22 años de cumplimiento mínimo, por este atentado.
Los dos guardias civiles fueron asesinados en el aparcamiento de un centro comercial en las afueras de Capbreton, donde se encontraban en misión de cooperación con los servicios secretos franceses e iban desarmados. Les dispararon a la cabeza, por la espalda, cuando los miembros de la organización terrorista vieron sus identificaciones dentro del coche de los dos agentes. Los autores se dieron luego a la fuga. Dos de ellos, Sánchez y Bengoa, fueron detenidos cuatro días después a unos 300 kilómetros del lugar del crimen.