Salir a la calle y tener más presencia en los medios. Esa es una de las peticiones que les ha hecho Rajoy a los suyos, según confesó este martes un ministro. El propio Rajoy reconoce en privado que tienen problemas de comunicación. Para esto, encargó hace unos días a Luis Ayllón, Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, que comparezca más a menudo para lanzar el mensaje del Ejecutivo.
El diputado ayudará a la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría en labores de comunicación sin descuidar sus tareas como Secretario de Estado. El presidente del Gobierno pidió a los suyos un «esfuerzo de pedagogía», así deslizó en una conversación privada: «He tardado tres años en darme cuenta de que salir solo los viernes es muy poco», ironizó Rajoy, aunque insistió en que él da muchas ruedas de prensa, «no se vayan a pensar».
Por el momento la campaña de comunicación se centrará en tres temas fundamentales: La economía, mediante la difusión de datos y gráficos sobre la recuperación y las reformas con las que quieren continuar; la corrupción para detallar las medidas que aprueben y la situación en Catalunya, donde Rajoy ha reconocido que tienen que estar más presentes.
De hecho, el presidente hará una visita a Catalunya en enero, aunque afirma que es la comunidad donde más veces han estado sus ministros y los miembros del Gobierno. El propio Rajoy ha acudido 17 veces desde que es presidente, también admitió que no ha hablado con el president de la Generalitat, Artur Mas, desde el 9N y no conoce ni sus planes ni tiene noticias sobre unas posibles elecciones anticipadas o las reuniones que Mas estaría manteniendo.
En junio de este año los populares hacían la siguiente reflexión: Consideraban que la pérdida de votos en las pasadas elecciones europeas se debía en parte a que el electorado percibió que el partido se ha separado del centro político, fundamentalmente por asuntos como con la reforma de la ley del aborto, la corrupción política o la forma de defender la unidad territorial tras el órdago independentista catalán.
Por lo tanto, su estrategia consistía en un »giro más hacia la derecha» para mantener la mayoría de cara a las elecciones autonómicas, municipales y generales del año que viene.
Hay que recordar que el partido perdió 2,6 millones de votos con respecto a los comicios de hace cinco años. Y aunque se trate de procesos electorales que no son comparables, los »populares» se han quedado con cuatro millones de votos frente a los más de diez que tuvieron en las generales de 2011.
En estos momentos, fuentes de Génova precisan que, según la encuesta del CIS, son 2,3 millones votantes del PP los que podrían abstenerse y 500.000 los que podrían votar en blanco.