La trama del famoso 3% de los contratos de obra contratados por el PSC ha desatado una rocambolesca historia que sucedió en el año 2005 en el Parlament catalán entre Pasqual Maragall y Artur Mas. El entonces president aseguró que el «problema» de CiU «se llamaba tres por ciento», en una alusión a un supuesto cobro de comisiones en la adjudicación de obras, una acusación que el líder de CiU, Artur Mas, pidió que retirase para no poner en peligro «la legislatura» y la reforma estatutaria.
Todo comenzó cuando Maragall había intervenido en el pleno dedicado a los desprendimientos del metro en el barrio del Carmelo y, tras una dura intervención del jefe de la oposición, que le requirió a participar del debate, Maragall afirmó que «hemos llegado al meollo de la cuestión: ustedes tienen un problema y este problema se llama tres por ciento».
El entonces líder del PSC aseguró que «la malicia de sus palabras me demuestra que ustedes tienen un problema y que se han sentido atacados por una acusación que de alguna forma ustedes mismos deben notar como verídica porque de otra manera no se explicaría que usted haya salido con el tono de falta de respeto que ha usado (…). Han roto hoy una regla que en este Parlament se había respetado siempre, que era el respeto entre los diputados. Y en esto la historia les pasará la factura«.
Mas no se escondió y le dejó claro a Maragall que «me tendría que explicar en qué le hemos faltado al respeto. Lo que pasa es que puede ser que usted tenga la piel tan fina y el orgullo tan lleno y el amor propio tan inflado que al final resulta que cualquier crítica, aunque sea expresada en terminos absolutamente correctos, le molesta (…). Estoy absolutamente alucinado que usted se levante en este Parlament en una sesión como la de hoy y hable de todo menos del Carmel».
Maragall no se contuvo y soltó todo lo que no se podía callar. «Si, muy brevemente porque pienso que efectivamente hemos tocado un punto clave. Ustedes tienen un problema y este problema se llama tres por ciento».
Cuándo Mas escuchó lo que no quería escuchar el Parlament se convirtió en un circo sin salida. «Usted ha perdido completamente los papeles. Si era para esto, se podía haber ahorrado esta intervención. Yo le pediría una cosa, y se lo digo con toda la modestia, entre ustedes y nosotros, hemos de hacer cosas muy importantes en los próximos meses al servicio de este país. No lo olvide. Para hacer estas cosas importantes es muy necesario que un cierto círculo de confianza entre ustedes y nosotros siga existiendo, (…) y no se rompa, y con su última intervención esto se rompe. Usted envía la legislatura a hacer puñetas. Supongo que es consciente de ello, y le pido formalmente que retire esta última expresión».
Rectificación de Maragall
Artur Mas no quería que su nombre ni el de su partido quedara en entredicho y pidió a su oponente que retirara lo dicho. «Accedo a su demanda por una sola razón, porque usted acaba de decir una cosa muy importante, que interesa más el país que todo lo que nos ha dicho antes (…). Espero que ustedes esten en condiciones de cumplir su parte de obligación en los meses que vendrán en los cuales se jugará el Estatut, la Constitución y, en buena medida, nuestro futuro».
Mas dejó claro que aceptaba sus disculpas y si tenía algun problema o sospecha no tenía que decirlo en el Parlament si no en un juzgado. «Yo le agradezco señor Maragall esta rectificación que es buena, no le humilla en absoluto, pero les vuelvo a decir que si en algún momento ustedes tienen alguna sospecha, al margen de lo que se ha dicho, sobre lo que sea, hagan el favor de ir a los tribunales».