El jefe del gabinete de Rajoy, Jorge Moragas (Barcelona, 1965) saltó a los titulares en 2004, cuando el régimen castrista le expulsó de Cuba por intentar reunirse con la disidencia. Por entonces le acompañaba la famosa mochila, la misma que llevaba hasta el Congreso de los Diputados y que dio nombre al blog que dejó huérfano el día antes de las elecciones generales del 20-N.
Diplomático de profesión –empezó un año después de que Aznar llegara a la presidencia- amante de las motos y gustoso de los viajes, le adjudican un perfil más centrista, un carácter dialogante. Casado y con dos hijas, se encarga del protocolo, la organización de la seguridad y la logística en La Moncloa y, sobre todo, de organizar los encuentros del presidente con personalidades políticas y sociales del ámbito internacional.
Moragas no es nuevo en la oficina presidencial. En el Gobierno de Aznar fue director del gabinete del secretario de presidencia (1998-2002). Después pasó a coordinar las relaciones internacionales del PP. Sus lazos con Mariano Rajoy se estrecharon a raíz del Congreso de Valencia de 2008, cuando el líder popular se enfrentó al sector ‘aguirrista’ y el presidente encontró la lealtad y la ‘protección’ del diplomático. Moragas se convirtió entonces en su sombra y en el organizador de la agenda internacional.
La imagen de Moragas es, por tanto, la de un hombre pegado a Mariano Rajoy, primero en la travesía de la oposición, y ahora en La Moncloa. No hay aparición pública del presidente en la que no esté de cerca, de forma velada, la figura del diplomático catalán.
“Si yo fuese Rajoy, querría tener a Moragas más cerca”, dijo una vez cuando se le preguntó sobre si se veía de ministro de Exteriores. El presidente siguió su consejo.
El catalán admira la figura de Joseph Nye, alto cargo en la administración de Bill Clinton que se le considera precursor de la filosofía del ‘soft power’, que consiste en influir en la política internacional con medios culturales y no militares. Con Nye coincidió Moragas en un viaje a EEUU y se hizo una foto para el recuerdo. La historia de esta imagen la compartió Moragas en su blog.
Ahora, en la tormenta del PP, se recuerda que Dolores de Cospedal y Moragas fueron los artífices de que Bárcenas se quedara solo en el partido y dimitiera. Ambos habían insistido a Rajoy que debía poner distancia con el extesorero porque su implicación en Gürtel era seria, muy seria.
Aquel 7 de abril de 2010 se contaba como Rajoy no había parado de hablar por teléfono y analizar todas las novedades con sus colaboradores más estrechos, Carmen Martínez Castro, responsable de prensa, Soraya Sáenz de Santamaría, Jorge Moragas, su jefe de gabinete. Y finalmente, tomó la decisión. Y le echó.