Tan sólo unas horas después de que el conseller de Presidencia, Francesc Homs, anunciara que existía un preacuerdo entre el Govern y la CUP, la formación independentista ha salido a desmentirlo en un comunicado publicado en su página web.
El texto anunciado matiza las palabras de la mano derecha de Mas. En la reunión del bloque soberanista realizada el pasado lunes en el palacio de Pedralbes, la CUP presentó once propuestas para realizar y blindar la consulta del 9N. De ellas, el gobierno catalán ha aceptado ocho, una ha sido desestimada y otras dos están pendientes de ser reformuladas. La propuesta ha sido redactada con ERC, con quien han mantenido la mayor parte de diálogos de cara a la celebración de la consulta el 9N.
La CUP entiende que no se puede llamar acuerdo bilateral a una propuesta que no ha sido aceptada en su totalidad y en la que su formación tiene profundas discrepancias con Artur Mas. Aseguran que «la izquierda independentista sigue defendiendo como única vía la desobediencia» en caso de que el Estado actúe contra el proceso participativo del 9N.
Las propuestas de la CUP
1. Creación de un órgano compuesto por miembros propuestos por los diferentes partidos, de carácter técnico, que pudiera comprobar a diario el cumplimiento de los acuerdos necesarios para la realización de la consulta y ubicado dentro de la administración.
2.-La Comisión de Control asumiría facultades de intervención, control, comprobación y supervisión del desarrollo de la consulta, así como de la campaña comunicativa institucional.
3. Inicio inmediato de la difusión de la campaña institucional con información clara sobre toda la logística de la votación.
4. Cubrir la vacante del miembro de la Comisión de control propuesto por ICV para completar la Comisión de Control actual y hacerla efectivamente representativa.
5. Comunicación pública de la hoja de ruta hacia la consulta desglosado por acciones concretas y plazos; cronograma.
6. Generación de una secuencia comunicativa que amparase todas las fases de desarrollo de la consulta.
7. Llamada a la participación de observadores internacionales que puedan dar cobertura a la jornada del día 9N.
8. Realización de una campaña pública deliberativa y de debate en torno a los diferentes posicionamientos respecto a la pregunta de la consulta.
9. Nombramiento de la figura del Conseller de la Consulta, figura de consenso de las fuerzas políticas con capacidad de intervención en las diferentes consejerías responsables del operativo de la consulta.
10. Compromiso por escrito del Gobierno que asume el compromiso con la ciudadanía que ha expresado la voluntad de poder hacer posible la consulta el 9N.
11. No acatar ningún otro suspensión del estado al plan que puede hacer posible votar el próximo día 9N, en una lógica de obediencia al mandato popular.
Las discrepancias: un nuevo conseller y la desobediencia
La propuesta que ha sido rechazada por Mas es la de crear una nueva consellería en exclusiva para la consulta, lo que implicaría ampliar su ejecutivo. Además, ha propuesto cambiar los dos últimos puntos del texto. Éstos son de vital importancia para la CUP porque marcan qué debería hacer la Generalitat en caso de que el Gobierno decidiera bloquearla mediante vía judicial: acciones unilaterales.
La formación independentista opta por la desobediencia, al igual que ERC, principal discrepancia con Artur Mas y Convergencia y Unio. Desde la Generalitat se viene manteniendo el discurso de que no se hará nada que contradiga la legalidad.
Desconfianza y tacticismo
La CUP ha tachado la actitud mantenida por CiU en las últimas semanas, como demasiado tacticista y provocadora de desconfianzas.
La única vía para ellos, si se prohíbe el 9N, es la desobediencia, una palabra que no se incluye en los puntos del preacuerdo explicado por Homs.
En esta línea, la CUP ha insistido en que el 9N debe constituir «un desafío democrático, abierto y masivo a España, en virtud de la desobediencia contra cualquier imposición».
Sin entrar en el debate abierto sobre listas unitarias en unas elecciones plebiscitarias, la CUP se reafirma en hacer del 9N «un nuevo paso crucial y decisivo» al considerar que «la consulta es irreversible, imprescindible e irrenunciable».