El ministro del Interior en funciones de España, Jorge Fernández Díaz, dijo hoy en Roma que la política de retorno de inmigrantes irregulares «es fundamental pero no única» y defendió cooperar con los países de origen para abordar el fenómeno.
«La política de retorno es fundamenta pero no es única. Si queremos resolver problemas a medio y largo plazo tiene que hacerse con política de cooperación al desarrollo económico, social y de gobernanza en los países de origen y de tránsito», señaló a Efe.
Fernández Díaz participó este jueves en Roma en una cena de trabajo sobre el tema de la inmigración junto a los ministros del Interior del G6, el grupo de países más poblados de la Unión Europea: Alemania, España, Francia, Italia, Polonia y Reino Unido.
El ministro en funciones destacó que en materia de inmigración «España está puesta como un modelo» y que en lo que concierne a la lucha contra las mafias y la inmigración irregular el país «está formando parte de la solución y no parte del problema».
El acto tenía como objetivo compartir experiencias y buenas prácticas sobre este tema y el Fernández Díaz recordó la labor de las fuerzas de seguridad españolas en oleadas migratorias como la crisis de los cayucos de 2006.
En este sentido apostó por reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito y por ayudar a los Gobiernos de estos lugares a formar a sus cuerpos de seguridad para luchar contra las mafias y criminales que trafican con personas.
También subrayó la necesidad de cooperar para que aseguren sus fronteras y de impulsar lo que denominó un «Plan Marshall» para África.
Reconoció que el flujo migratorio en el Mediterráneo oriental «se ha paliado sustancialmente» a raíz del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía pero subrayó que el problema ahora afecta especialmente al Mediterráneo central por la inestabilidad en Libia.
En la cena participaron también el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jet Johnson, y la fiscal general de ese país, Loretta Lynch, así como el comisario europeo de Migraciones, Asuntos de Interior y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos.
O el de Seguridad, Julian King; el coordinador antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove, y el director de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo, Robert Visser.
También estuvieron el director de la Organización Internacional para las Migraciones, William Lacy Swing; el representante de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, y el director de la agencia europea para las fronteras externas (FRONTEX), Fabrice Leggeri.
Según Fernández Díaz, todos coincidieron en que la inmigración es «un fenómeno global y planetario y que no es cultural, ni transitorio», ya que afecta a alrededor de mil millones de personas, una de cada siete de las que viven en el mundo.
«Hay que ser capaces de afrontarlo desde una manera adecuada, no solo con políticas a corto sino también a medio y largo plazo y atendiendo a las causas profundas que motivan estas migraciones», declaró el ministro español a esta agencia.
En su opinión, «hay que acometerlo con una visión polifacética, multidisciplinar y atendiendo a las causas que motivan esas migraciones porque no son voluntarias sino forzadas por razones económicas y sociales y en el caso de los refugiados, por razones derivadas de la persecución por el terrorismo y las guerras».
Por último, los ministros del G6 y el resto de autoridades que asistieron a la reunión expresaron su preocupación por el auge del populismo como consecuencia del fenómeno migratorio.
El encuentro proseguirá durante la mañana del viernes, centrado esta vez en temas como la seguridad en el continente europeo, la lucha contra el terrorismo yihadista o la delincuencia en internet.