El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, defendió hoy ante el Parlamento su campaña contra el crimen y la droga, en la que han muerto cerca de 300 traficantes y adictos en operaciones policiales en sus tres primeras semanas de mandato.
«No vamos a aflojar nuestra campaña contra las drogas ilegales. No vamos a parar hasta que el último capo de la droga (…) o el último traficante esté entre rejas o bajo tierra», afirmó Duterte en su primer discurso sobre el estado de la nación.
El mandatario, investido el 30 de junio, prometió durante su campaña de las presidenciales del 9 de mayo que acabaría con las drogas y el crimen del país en seis meses, para lo que se declaró dispuesto a matar a miles de delincuentes.
Duterte informó al Parlamento de que las fuerzas de seguridad han detenido a 3.600 personas relacionadas con las drogas y otros 120.000 adictos se han entregado, lo que consideró «un reflejo de la enormidad del problema al que se enfrenta Filipinas».
«Voy a usar todos los recursos del Gobierno que hagan falta en esta lucha contra las drogas», afirmó el presidente.
Duterte también anunció un alto el fuego unilateral e inmediato con la guerrilla comunista, con la que prevé retomar las negociaciones de paz a finales de agosto, y prometió acabar con el grupo radical Abu Sayyaf, defensor del Estado Islámico (EI).
«Quiero una paz real y duradera antes de que acabe mi mandato (de seis años). Es mi objetivo y es mi sueño», dijo Duterte.
El mandatario señaló que aumentará la coordinación con Indonesia y Malasia para tratar de poner fin a los secuestros perpetrados por Abu Sayyaf en los últimos meses, que han incluido a indonesios y malasios y por los que ha conseguido varios millones de dólares en extorsiones monetarias.
La primera intervención de Duterte ante el órgano legislativo del país fue presenciada por 293 congresistas y 24 senadores, así como decenas de miembros del cuerpo diplomático, funcionario y otros dignatarios.
La Policía Nacional de Filipinas desplegó a más de 16.000 efectivos para garantizar la seguridad, de los cuales 11.000 se encontraban en los alrededores del Batasang Pambansa (Congreso).