La dimisión de Juan Carlos Monedero del pasado jueves ha puesto encima de la mesa el verdadero problema ideológico de »Podemos». Las críticas que realizaba el entonces número tres era un mensaje directo contra la estrategia tomada por el partido desde el mitin de Vistalegre y desde la concentración en la Puerta del Sol, es decir, contra el giro hacia el centro marcado sobre todo por Iñigo Errejón y Carolina Bescansa.
En sus declaraciones a Radio Cable, Monedero se sentía traicionado por la deriva que había tomado el partido. Lanzó varios dardos envenenados. No le gustaba que empezara a «parecerse», al entrar en el juego electoral y moderar su discurso, a aquellos que querían sustituir cuando nacieron, y que la formación siempre ha enmarcado en la denominada »casta».
«Estoy convencido de que Podemos tiene que dejar de mirarse en espejos que no son los suyos y para eso tenemos que quitarnos las telarañas de las urgencias de la partitocracia». El que fuera número tres de Podemos pedía en definitva una vuelta a los orígenes, lo que el llamaba recuperar la frescura: «Tenemos que prestarle más atención al lugar de donde venimos y a lo que nos dio origen, que al lugar a donde queremos ir», ha demandado.
«Podemos no tiene que parecer que somos buenos chicos aseaditos y que no vamos a dar problemas al poder. Es todo lo contrario. Queremos dar muchos problemas al PP y a los que han hecho de España a un país subdesarrollado», ha defendido.
En defintiiva, a Monedero no le gustaba la moderación que había tomado el partido, y no le gustaba que se renunciara a los postulados radicales para ganar votos. A Monedero no le convence esa estrategia y no le ha gustado que se hayan abandonado todas las ideas con las que se presentaron a las elecciones europeas y que en buena parte eran irrealizables. El problema para Podemos es que hay mucha más gente que piensa como él, su líder en Andalucía, Teresa Rodríguez o el Eurodiputado Miguel Urban, ambos fundadores de Podemos y ambos de Izquierda Anticapitalista. Algunos van más allá, y no les vale con volver a girar a la izquierda, sino que piden una refundación.
No fue hasta que salieron a relucir los problemas de Hacienda cuando Monedero abandonó la tésis de Vistalegre y la moderación. Cuando se nombró la ejecutiva de Podemos apoyó a su amigo Pablo Iglesias, seguramente frente a unas tesis con las que estaba más de acuerdo como las de Pablo Echenique y Teresa Rodríguez. Pero cuando surgió su conflicto con Montoro, allí el profesor perdió la paciencia y empezó a pedir la vuelta a los orígenes. Justo coincidiendo con la moderación de la que hacían gala Errejón y Bescansa. Las dos almas empezaban a enfrentarse de nuevo.
Monedero reconocía una tensión interna y esas dos almas, y aseguraba que Pablo Iglesias es el líder porque es capaz de mantener las dos en una sola: «Pero Pablo creo que tiene la virtud de que engloba todos esos ámbitos. La magia de Pablo es mantener ese equilibrio», apostillaba. Ahora mismo los críticos consideran una táctica errada girar hacia el centro puesto que hay otros partidos como Ciudadanos que comulgan mejor con esas ideas, y apuestan claramente por la izquierda.
Los posibles pactos en Andalucía, y con el PSOE a nivel general, como defiende Errejón, están rompiendo el partido en dos. El número dos de »Podemos» es el posibilista de la formación y sabe que con un discurso de izquierdas solamente no se ganan las elecciones, por eso se abre hacia el centro. Algo que ni siquiera Iglesias se ha atrevido a decir, él habla de centralidad no de centro, y con lo que seguramente tampoco estará muy de acuerdo.
Desde Podemos niegan la refundación
El secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, ha asegurado este sábado que «en absoluto» su formación necesita una refundación, sino que, muy al contrario, se va «por el buen camino», demostrando que la firmeza en sus posiciones «sirven de algo», poniendo como ejemplo la marcha de los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Ha asegurado que la decisión de Monedero es «personal» y que su formación está respondiendo a las demandas de la ciudadanía en términos de cambio de la forma de hacer política, por lo que, a su juicio, «en absoluto» se requiere una refundación de la organización.
De igual modo, Pascual ha descartado que la polémica por la dimisión de Monedero vaya a influir en las decisiones que se puedan tomar en relación a la investidura de Susana Díaz. «Estamos manteniendo unas posiciones firmes que desde el primer día y contamos con todo el apoyo y respaldo de la dirección nacional», ha añadido.
Por su parte, Manuel Garí, el otro representante de Podemos en la citada negociación y persona de confianza de la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, ha dicho que más allá de las declaraciones que ha hecho Monedero, no se está hablando de refundación, «sino que se están dando opiniones de cómo se debe abordar el próximo periodo».
A su juicio, hay un elemento de «sobreinterpretación» de lo que es un debate político «necesario y saludable» dentro de una organización política, en relación a qué «se va a hacer al día siguiente, dentro un año y dentro de diez», ha concluido Garí.