Una triste imagen ha sido hoy protagonista en el Parlament, que ha tardado muy poco en saltarse lo dictaminado por el TC: de forma liviana, creando la Junta electoral aprobando la designación de los siete miembros de la comisión de control de la ley de consultas. Los diputados de los partidos del bloque soberanista (CiU, Esquerra, Iniciativa y CUP) han sido los únicos que han participado en la votación, pero han sido suficientes para facilitar la elección, con 86 votos favorables.
Ciutadans no ha participado en la votación al considerar que se estaba cometiendo una ilegalidad e incluso un acto delictivo tras la suspensión acordada por el Constitucional. La bancada popular ha protestado levantando las manos en el momento de la votación. Los partidos del bloque soberanista, han defendido la legalidad de la elección en base a un informe jurídico de la cámara. Maurici Lucena, portavoz del PSC, ha advertido que los diputados podrían estar incurriendo en un delito de desobediencia al Tribunal Constitucional, mientras que Albert Rivera (Ciutadans), ha considerado que los parlamentarios que apoyasen el acuerdo podrían incurrir en prevaricación.
El PPC amenaza con denunciar ir a la Fiscaía
Alicia Sánchez-Camacho ha afirmado después de la sesión, que su grupo recurrirá ante la fiscalía la decisió aprobada hoy. Previamente, el portavoz del PPC, Enric Millo, ha solicitado a la presidenta del Parlament, Nuria de Gispert, que la votación para la creación de la comisión de control de la ley de Consultas se hiciera a mano alzada y que de no ser así se hiciera pública la relación de diputados que han apoyado al grupo de control.
El grupo parlamentario de los populares ya ha tachado de ilegal esta comisión, después de que el TC anulara la ley de Consultas, por lo que la intención de saber quién ha apoyado la creación de la Junta Electoral del 9-N, podría ser la de llevar a la Fiscalía a los diputados del bloque secesionista.
CUP y ERC presionan a Mas
El diputado de la CUP Quim Arrufat ha apelado hoy al presidente catalán, Artur Mas, a que aplique la desobediencia al Tribunal Constitucional, mientras que el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha evitado preguntar a Mas por las acciones del Govern por la suspensión de la consulta por parte del TC.
En la sesión de control en el Parlament, el presidente catalán ha defendido su plan de mantener la suspensión cautelar de las preparaciones y la campaña del 9N, al mismo tiempo que se pide al TC que levante la suspensión. En esta línea, Mas ha advertido a la CUP que, en la historia, «la desobediencia no siempre ha llevado a la victoria».
Arrufat, por su parte, ha pedido a Mas que aplique desde las instituciones catalanas la «desobediencia civil» para cumplir con el objetivo de celebrar la consulta el 9 de noviembre y le ha dicho que ya sabía que le llegaría el momento en el que debería tomar la vía de desobedecer al TC o acatar el «achanta la boca y háblame en cristiano» del Estado español.
Por su parte, Junqueras ha criticado que el Gobierno y el Tribunal Constitucional quiera dejar en suspenso el «derecho de voto», pero no ha preguntado a Mas sobre las medidas cautelares que adoptó ayer el Govern, a resultas de la sentencia del TC del pasado lunes sobre el decreto y la ley de consultas. En concreto, el líder republicano ha preguntado a Mas sobre qué acciones le quedan al Govern después de que el Gobierno central haya recurrido ante el TC el decreto del ejecutivo catalán contra la pobreza energética. Mas, en su postura de tira y afloja ha señalado que no siempre la desobediencia lleva a la victoria.