El caso Bo Xilai, el mayor escándalo en la política china en los últimos años, representa una «profunda lección» para el Partido Comunista de China (PCCh), admitió hoy la formación en la víspera de su XVIII Congreso, que consagrará al actual vicepresidente Xi Jinping, como nuevo líder.
«Los problemas en torno a Bo Xilai, Liu Zhijun (ex ministro de Transporte) y otros son serios casos de corrupción entre nuestros líderes más altos del Partido y han ofrecido una profunda lección», declaró hoy en una rueda de prensa el portavoz oficial del Congreso, Cai Mingzhao.
Bo, que hasta su caída en desgracia el pasado marzo era secretario general de la formación en la ciudad de Chongqing (centro), y Liu fueron expulsados formalmente del Partido el pasado fin de semana, tras haber sido acusados de corrupción en casos distintos.
Según Cai, la lucha contra los sobornos sigue siendo muy complicada en un país «en medio de una transición social» donde existen «áreas susceptibles a la corrupción», pero será una de las prioridades del Congreso que se inaugura mañana.
El Comité de Disciplina, aseguró, adoptará una serie de medidas de educación, prevención y castigo, de manera que se pueda eliminar «las raíces que alimentan la corrupción».
Hasta su caída en desgracia, Bo había sido uno de los líderes que entraban en todas las quinielas para formar parte del Comité Permanente, el exclusivo grupo de menos de una decena de personas que dirige el partido, y por ende el país, de manera colegiada.
Pero el escándalo en torno a la implicación de su esposa, Gu Kailai, en la muerte de un empresario británico hace un año motivó que se le destituyera de sus cargos y que el pasado septiembre quedara en manos de la Justicia, a la espera de un juicio que probablemente incluya los cargos de soborno y relaciones impropias con numerosas mujeres.
El caso amenazó con hacer descarrilar un Congreso del PCCh que consagrará al vicepresidente, Xi Jinping, como el nuevo líder de la formación y abrirá el camino para que en unos meses se convierta en el próximo jefe de Estado chino.
Desde hoy está todo ya listo para la inauguración del Congreso mañana, anunció hoy de manera oficial Cai.
«Los preparativos han terminado», tras una reunión preliminar hoy en el Gran Palacio del Pueblo pequinés de los 2.260 delegados que participarán en el Congreso quinquenal.
Como parte de estos preparativos, y en una señal que anticipa el próximo liderazgo de Xi, en la reunión de hoy el vicepresidente quedó nombrado secretario general del Congreso.
El cónclave, que concluirá el próximo día 14, abordará además del nombramiento de los nuevos líderes del Partido los avances efectuados desde el último Congreso, en 2007, revisará un documento político, un informe de la Comisión de Disciplina y enmiendas a la Constitución del Partido.
Según afirmó Cai, una de las grandes prioridades de los delegados será promover las reformas en el país.
No obstante, matizó que las reformas políticas se producirán de acuerdo con la «realidad nacional», una frase que descarta cualquier posibilidad de debate en torno al sistema de partido único en China. «La posición de liderazgo del PCCh es una decisión tomada por la Historia y por el pueblo», subrayó.
Sí se promoverá «la democracia interna en el partido», aseguró el portavoz.
«A medida que avancemos en nuestras reformas en el futuro haremos más hincapié en la importancia de dar prioridad a la gente», indicó Cai.
Las declaraciones del portavoz se producen al tiempo que una encuesta publicada en el periódico oficialista «Global Times» pone de relieve que ocho de cada diez habitantes de las principales ciudades chinas apoyan reformas políticas.
Siete de cada diez, según la encuesta, creen que el Gobierno debe someterse a un mayor escrutinio por parte de la población y adoptar un mayor control contra la corrupción, que los ciudadanos consideran la principal amenaza contra la estabilidad social.