Chacón apunta algunas de las »locuras» del programa de Artur Mas que «afirma sin pudor que si Cataluña tiene un Estado propio “bajará los impuestos, reducirá la burocracia y derogará leyes españolas obsoletas”. Chacón apunta que duda mucho que los baje ya que se va a tener que enfrentar a sus propios agujeros negros, que son muchos. «Lo de reducir la burocracia significa que despedirá funcionarios, hecho que se contradice con lo que ha hecho CiU desde que llegó al poder. Nunca en Cataluña había habido tanto funcionario como en la época de Pujol. Y lo de las leyes obsoletas españolas no tendrá por qué derogarlas si ya estará fuera de ella», señala la socialista.
También dice su programa electoral que promete “aumentar en un 5% la esperanza de vida, otro 5% la tasa de supervivencia al cáncer y reduciendo en un 50% el número de muertos y heridos en las carreteras”. Y se compromete a bajar la tasa de paro del 22,5% hasta el 10,5% y equipararla así a la media europea». La socialista dice que no da crédito a estas ocurrencias.
«Lo que sí parece que con o sin independencia seguirá haciendo Artur Mas es seguir dando subvenciones a la prensa en Cataluña en el año crucial de “les retalladas” (recortes) ya que dispondrán de 2,5 millones de euros a fondo perdido y cerca de 2 millones en publicidad», señala como colofón Chacón.
El país independiente de Mas mola
El órdago independentista de Artur Mas está trufado de argumentos según los cuales una Catalunya independiente viviría mejor que unida a España. El presidente catalán intenta ganar adeptos partiendo de un mantra repetido una y otra vez por aquellos defensores del proyecto soberanista: «Cataluña aporta más de lo que recibe».
En su Catalunya ideal, las ventajas son inmejorables: menos impuestos, mejores pensiones, mayor riqueza… En este sentido, el no rotundo del Gobierno de Rajoy a un nuevo pacto fiscal precipitó los movimientos de Mas. «Si quedamos en medio del »café para todos», eso no tiene salida para nosotros», advertía.
Este viernes fue más allá. «Cuando veo la posibilidad de Estado propio en el horizonte, lo que veo es un país con menos presión fiscal y eficacia en la lucha contra el fraude fiscal», ha destacado el presidente catalán, queaboga por la moderación fiscal.
Es decir, bajar impuestos, algo que se puede conseguir, según él, si una parte de los recursos que genera Cataluña se queda en el territorio catalán. A pesar de sus declaraciones, Catalunya tiene actualmente el IRPF más alto de la Unión Europea, con un 56%, que Mas no se atreve a modificar.
Y es que el líder de CIU está convencido de que una Catalunya en solitariosería incluso una potencia europea, sobrepasando en riqueza a una docena de los 27 países que conforman la UE. «Cataluña tiene una capacidad de generar riqueza de 200.000 millones de euros anuales con sólo 7,5 millones de habitantes, es decir, produce tanto como Portugal que tiene 10 millones de habitantes, por lo que dispone de una economía superior a la de los países europeos relativamente pequeños».
«Si Cataluña puede llegar a disponer de un Estado propio, mejor», ya que«esta dependencia con respecto al Estado español, que cada vez es más dura, nos está cortando las alas del progreso económico y social», repite a diario Mas para defender su proyecto independentista.
Para cumplirlo, ya que una escisión unilateral le traería problemas con Europa, Mas asegura que «nuestro ideal es ser parte de los Estados Unidos de Europa». Un estatus similar al de Puerto Rico promete el líder catalán.
Preguntado sobre las consecuencias para España de una hipotética salida de Catalunya, su motor industrial, señala que «España sin Cataluña no sería insolvente, sólo más limitada». Por el contrario, considera que la industria catalana arrastra la herencia española.
«Si hubiésemos tenido los instrumentos que tenía un Estado como es el español, probablemente en este momento la industria catalana estaría mejor de lo que está. No se parecería del todo a la industria alemana, pero estaría más cerca de estos estándares que de los que tiene en este momento», declaró Mas.
Con todo, Mas sabe que el »quiz» de la cuestión independentista depende de un referendum que legitime su proyecto. Pero para esto también tiene promesas. «Si (la consulta) se puede hacer por la vía del referéndum, porque el Gobierno español la autoriza, mejor. Si el Gobierno le da la espalda y no autoriza ningún tipo de referéndum ni de consulta, pues hay que hacerlo igualmente».