Como si de un cáncer maligno se tratara, la corrupción ya se ha extentido hasta tocar a, prácticamente, la totalidad de las instituciones públicas españolas. Los noticiarios están llenos de casos -‘caso Nóos’, ‘caso Bárcenas’, ‘caso Clotilde’, ‘Operación emperador’, ‘Caso Mercurio’, ‘caso Pallerols’, por citar sólo a algunos- en proporciones abrumadoras. Escándalos que salpican a la Casa Real, al Gobierno, a diferentes partidos políticos y que hacen que el mundo mire a España con ojos atónitos. Ahora, el escándalo ya llega hasta los sindicatos. Este lunes se han conocido nuevos datos sobre la posible vinculación de un ex sindicalista, Juan Lanzas, que fuera secretario general de la Federación Agroalimentaria de UGT en Andalucía, con la trama de los ERE irregulares. Ante este panorama, el político e intelectual Julio Anguita, promotor de Frente Civico y antiguo coordinador general de Izquierda Unida, lo tiene claro: «La solución está en la ciudadanía y en la reforma del sistema democrático».
P: Decía esta mañana que hay que reformar el sistema democrático, ¿cómo lo reformaría?
Julio Anguita.: “Simplemente, haciéndolo democrático. Entiendo la democracia como un convenio permanente entre seres libres e iguales para seguir permanentemente conviniendo en todo lo que se refiere a su contrato social”.
P.: ¿Cuándo dejó de ser democrático el sistema?
J.A.: “En el primer momento en que la política se desvinculó de la economía entró la corrupción y el Estado de derecho dejó de existir”.
P: ¿Cómo reconducir la situación? ¿Cuál es su propuesta para esa reforma del sistema democrático que considera necesaria?
J.A.: Atendiendo a cuatro ideas. En primer lugar, haciendo democrático el sistema, como ya he dicho. En segundo lugar, la ciudadanía tendría que constituirse como tal. Y esto es que los ciudadanos sepan que son sujetos de derechos y deberes. De ahí, la necesidad de la calle, es el tercer punto. Me molestan las manifestaciones chistosas, con insultos y pancartas que no vienen a cuento. Me gustan las manifestaciones constantes, con contenido y que producen respeto. Estamos en una situación de emergencia en la que no sirven las decisiones normales, no basta con ir a votar”.
p: ¿Y el cuarto?
J.A.: “La política, no los políticos, sino la política entendida como la política con mayúsculas, debe estar por encima de la economía«.
P: En el contexto actual, ¿cómo afecta la información sobre Lanzas a la percepción que los ciudadanos tienen de los sindicatos?
J.A.: «Este hecho es sólo una gota más que perjudica la imagen que los españoles tienen de las instituciones públicas. El contexto actual es el de que la esencia del sistema económico, social y político es la corrupción. El Estado de Derecho no existe en absoluto, es sólo fachada. Constantemente se toman medidas que van contra la Constitución. Los imputados, los corruptos, y parte de la población, lo ven como algo normal”.
P: ¿Qué le parecería que los españoles se acabaran manifestando delante de las sedes de los sindicatos como ya lo hacen ante las de los partidos políticos?
J.A.: “La protesta es una forma de trasladar el malestar. A la gente le pediría consecuencia. Esto no lo arregla ningún partido político ni ningún sindicato. Lo arregla la gente llenando la calle un día y otro. En silencio. Pero un día y otro, no actuando sólo puntualmente ante un enfado. Y siendo consecuentes después, al ir a votar. Una acción ciudadana permanente y constante, como un río tranquilo, es lo único que arreglaría la situación».