Los partidarios de la abstención van desbrozando el camino de cara al comité federal que el domingo resolverá el dilema en el que el PSOE lleva meses enredado. Los críticos se baten en retirada. No reniegan del rechazo a Rajoy, pero no están dispuestos a convertirlo en un voto negativo si ello implica romper la disciplina de partido.
El presidente de la gestora, Javier Fernández, ha reunido este martes con los diputados y senadores socialistas para asentar las condiciones de un debate que desgarra a la formación: abstención o elecciones. El dirigente asturiano no ha puesto paños calientes al momento en el que se encuentra el PSOE y lo ha comparado con el que vivió después de la Guerra Civil.
Fernández ha abogado por un «congreso de reconstrucción», en el que los socialistas deberán edificar «discurso, proyecto, ideas y liderazgos». «El edificio político del PSOE está muy dañado, pero conservamos el solar», ha dicho. Ninguno de los fieles a Pedro Sánchez ha aplaudido su diagnóstico, pero solo tres de las 17 personas que después han tomado la palabra se han manifestado contra la abstención.
Partidario de consentir la investidura de Rajoy como mal menor, Fernández había recibido la ayuda previa de la poderosa Susana Díaz, que el lunes fijó la postura de la federación más determinante del PSOE: abstención con todas las consecuencias, sin maniobras de disimulo. Los diputados socialistas deben votar como un solo hombre porque si así lo decide mayoritariamente el comité federal, hacer lo contrario sería antidemocrático.
El argumento es compartido hasta por César Luena, mano derecha de Pedro Sánchez durante sus dos años en Ferraz. El político riojano cuestiona el marco del debate (abstención o elecciones) que ha impuesto la gestora. «La pregunta es si con el apoyo indirecto a través de la abstención tiene que seguir gobernando Rajoy y el PP”, dice. Pero acatará la abstención si la impone el sanedrín socialista del domingo: «Todos debemos cumplir lo que decida el partido». Luena no lo hará por “disciplina”, sino por “democracia”.
¿Qué hará Pedro Sánchez? ¿Desobedecerá la orden de abstenerse si esta es la decisión mayoritaria? ¿Renunciará a su escaño antes que someterse a ella? Es una de las grandes incógnitas. El exsecretario general sigue ausente del Congreso. Solo ha roto su silencio para celebrar en Twitter el triunfo en las primarias del catalán Miquel Iceta y este martes para recordar el nacimiento del fundador del PSOE.
Nació un día como hoy hace 166 años, pero nuestra obligación como socialistas es la de tenerle muy presente todos los días. pic.twitter.com/XF2dl1hVgc
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 18 de octubre de 2016
Sara Hernández, secretaria general de los socialistas madrileños y mujer de confianza de Sánchez, está en el rechazo a Rajoy, pero tampoco es partidaria de otorgar libertad de voto, salvo en el caso de Sánchez: “Existen circunstancias par que su voto sea diferente”.
En el desacato a la abstención están instalados públicamente solo la diputada aragonesa Susana Sumelzo y el PSC. Su secretario general, Miquel Iceta, se ha abierto a que el PSOE pueda abstenerse mediante la ausencia de once de sus diputados, pero ha trasladado a la gestora que en cualquier caso los diputados del PSC votarán ‘no’ a Rajoy. Y en ningún caso renunciarán previamente a su escaño. Cisma pues entre el PSOE y su franquicia en Cataluña.
A los socialistas que se dicen dispuestos a romper la disciplina de voto, el diputado José Andrés Torres Mora les ha recordado el caso del que fuera secretario general del PSOE madrileño, Tomás Gómez, que dejó su escaño en el Senado en 2013 antes de romper esa disciplina. Torres Mora aconsejó a Gómez en aquella ocasión: si no renunciaba y rompía la disciplina de voto nunca podría pedir «unidad y disciplina». El entonces líder socialista madrileño dejó su escaño para no avalar como miembro del CGPJ a un magistrado que iba a decidir sobre la externalización de la sanidad madrileña.